lunes, 3 de enero de 2011

Una Visión de Lima al año 2021

Me desperté temprano, como siempre, gracias al canto de los pajaritos que anidan en la arboleda frente a mi casa, un apacible condominio en el barrio de Magdalena del Mar. Hoy tengo el día un poquito cargado, es mi aniversario de bodas, tenemos reunión sectorial en la oficina y mi hijo menor dará un concierto en el auditorio de su colegio. Miro por la ventana y mi visión es limpia y completa. Desde que las compañías de telefonía fija, señal de cable, internet y alumbrado público, acataron la norma municipal de desaparecer las marañas de alambres, cordones y postes, por supuesto, haciendo el tendido en forma subterránea, hemos vuelto a descubrir el cielo, ahora sí, más limpio y claro. Nunca hubiera creído, por otro lado, que el tradicional cielo panza de burro de Lima se aclararía tanto, gracias a los filtros especiales que todas las empresas e instituciones, sin excepción, que despidan algún tipo de gases y emanaciones, ahora están obligadas a usar, además claro, de las cortinas de árboles que convenientemente ubicadas han disminuido la fuerza de los vientos anulando las polvaredas que siempre se levantaban. Mi esposa me alcanza una bonita tarjeta que han dejado en la puerta de nuestra casa junto a un ramo de flores. Es del sub comité vecinal 17, deseándonos un feliz aniversario y recordándonos de la reunión celebratoria mensual de los 8 sub comités de nuestra zona para el próximo sábado por la noche. Tremenda fiesta que vamos a armar. La última vez los Jiménez se mandaron con una parodia excelente. A propósito, tengo que enviarles un saludo y felicitación por Francisco, el mayor de sus hijos, que se acaba de graduar con honores en el Centro Municipal de Formación en Derechos Urbanos.

Bueno pues, hora de ir a trabajar. Mi oficina, el Centro de Planificación Urbana y Empresarial, sede Magdalena del Mar, queda a unas diez cuadras de mi casa, distancia que cada mañana disfruto al caminar. Ahora sí sentimos a Lima como nuestra; los vehículos han ocupado su lugar y a los conductores, particulares y públicos, ahora ya se les puede llamar señores. Los semáforos peatonales, los senderos segregados para peatones y ciclistas, los cruces peatonales preferenciales y los cambios realizados, de puentes elevados para peatones por pasos de vehículos subterráneos, han puesto las calles al servicio de las personas. Como debe ser, oiga usted. Por otro lado, la cantidad de verde, árboles, parques hermosos, jardines elevados, fachadas jardinera y azoteas jardín, nos han devuelto el aire puro y una sensación de frescura tremenda. Desde que se declaró en emergencia el uso del suelo urbano y se volvió a la norma antigua de un uso máximo del 60 % del terreno para construir, dejando el restante 40% como área libre, especialmente verde, siento que vivimos en una ciudad para personas y no para máquinas ó vehículos. Al llegar a la puerta de la oficina, junto al estacionamiento para bicicletas, me detiene brevemente la señora Angeles, para agradecer el Plan de Negocios que le preparamos en la oficina, para su pequeña juguería. Sin decir más me entrega una bolsa llena de naranjitas chinas, quiere que las pruebe, las acaba de cosechar de su huerta hidropónica que ha instalado en la azotea de su casa, a sugerencia nuestra. Se aleja feliz. Ya me alegró la mañana.

En la oficina pongo al día algunos documentos, reviso expedientes, reparto instrucciones, recibo a algunas personas y me llega la hora del almuerzo. Salgo disparado a recoger a mi hijo al Colegio Municipal de Magdalena del Mar, hoy sale temprano proque debe prepararse para el concierto. Pasamos por el Centro Municipal para la Artes recogiendo algunas partituras y a casita. Mi esposa ha pedido licencia en su oficina solo por la mañana y nos espera con un Cabrito a la chiclayana, que yo le enseñé a preparar pero que, valgan verdades, ahora a ella le sale mejor. Está feliz porque todos los ingredientes, incluido el cabrito tierno, loche y chicha de jora, los consigue en el segundo piso del Mercado Municipal. Terminando de almorzar mi esposa y yo debemos regresar a nuestras oficinas. Las horas se me pasan volando y a las 5 de la tarde me dirijo a la reunión a la que asisten los Consejeros de los 8 sub comités, zona 2, de nuestro Macro Distrito, con la presencia del Alcalde Metropolitano. Hoy nos ha tocado revisar el Plan Quinquenal de Vivienda Municipal, el aumento de capital para préstamos municipales directos y la Proyección de plazas educativas requeridas para los niveles de inicial y primaria del Macro Distrito. Por fin hemos resuelto el tremendo problema de falta de vivienda digna para nuestros vecinos y podemos vanagloriarnos, además, de contar con el mejor nivel educativo de los colegios limeños. Los colegios particulares han bajado el costo de las pensiones a la mitad y gran parte de sus alumnos se han cambiado a nuestros colegios por lo que tenemos que seguir aumentando la cantidad de alumnos a recibir cada año. A las 7 en punto me dirijo al Colegio de mi hijo. No es por nada, pero de los 43 Colegios Municipales de la gran Lima, este, el de Magdalena del Mar, tiene la mejor acústica y ese techado vidriado nos permite ver una hermosa noche estrellada. Y mi hijo, páseme usted el babero, está interpretando la quinta sinfonía, mejor que el propio Ludwig. Al terminar, los atronadores aplausos me traen de vuelta de las nubes. En general el concierto ha sido un éxito y todo el dinero recaudado servirá para terminar la ampliación de la Casa Municipal de Retiro para la Edad de Oro de nuestro barrio Magdalenense. Lo felices que se van a poner nuestros ancianos cuando les entreguemos las obras de ampliación, con la cancha de bochas, el taller de carpintería, el taller de pintura y el nuevo baño sauna.

Dejamos a nuestro hijo en casa y nos dirigimos al restaurante panorámico de la torre del centro comercial del Macro Distrito. Hoy se presenta la Sinfónica de Magdalena, que ha ampliado su repertorio y, oh sorpresa, hoy acompaña al colombiano Carlos Vives con sus vallenatos. Mi esposa sonríe feliz y yo con ella. Observo a través de las ventanas las luces de la ciudad, la vida nocturna, libre, espontánea y confiada de los limeños de ahora; y pensar que hasta hace unos 10 años no se podía salir a la calle a estas horas, ni a ninguna otra, por temor a ser asaltados. La Red Integrada de Seguridad Ciudadana, implementada por la Policía Metropolitana, ha sido tremendamente efectiva. A lo lejos puedo observar los mini auditorios sectoriales de la ciudad y alcanzo a ver el río Rímac, nuestro río hablador, que ya aprendió a reírse a borbotones y a transcurrir de lado a lado de la ciudad con sus aguas limpias bajo las potentes luces del alumbrado público y con una población que celebra su ciudad todas las noches. En un momento en que Carlos Vives invita a bailar a mi esposa al escenario y ella suspira emocionada, supongo por los recuerdos de nuestra boda, digo yo; aprovecho para mirar hacia el sur este y puedo observar la maravilla de la Plaza Interbank, ese hermoso espacio público de dos niveles hacia abajo, en el barrio de San Isidro, que los señores financistas se han dignado regalar a la ciudad, en homenaje al segundo centenario de nuestra independencia. Mi esposa me dice risueña, que Carlos Vives le ha pedido el número de su celular y ella le ha dado el mío. Pobre, el chasco que se va a llevar, cuando seguro lo único que quería era charlar. Bueno, ella sabrá.

Al terminar el espectáculo mi esposa me tenía una sorpresa, ha contratado un tour nocturno para dos por la ciudad, en un descapotable del Servicio Metropolitano Integrado de Taxis. En 60 minutos damos una vuelta completa por el Cercado. Dios, qué bella está Lima; desde que se disminuyó a un tercio la cantidad de vehículos particulares en circulación, mediante la ordenanza de "Vecino, solo puedes usar tu vehículo particular dos días por semana, de Lunes a Sábado", las calles de nuestra ciudad han recuperado su prestancia y fluidez. Esto y la hermosura de las casonas, condominios y edificios, las grandes plazas, los hermosos parques, el Paseo de Aguas, los Museos Virtuales en 3D y con hologramas, que han reemplazado a las huacas de la ciudad, los tremendos parques de diversión, las Ferias Gastronómicas Internacionales permanentes, los auditorios y Centros Culturales que han reemplazado a los Casinos y Tragamonedas, nos han convertido, en pocos años, en la verdadera capital del Pacífico. Las nuevas playas ganadas al mar, los clubes náuticos, los centros Comerciales Subterráneos, los gimnasios al aire libre y, sobre todo, la toma de conciencia ciudadana y el sentido de identidad recuperado por todos los vecinos, algo que costó muchísimo pero que ya se logró, nos mantienen tremendamente orgullosos de Lima. Sí que valió la pena el esfuerzo.

2 comentarios:

  1. Eres un maravilloso soñador y poeta, tus letras parecen poesia que fluye entre aguas cristalinas y bailan entre la imaginacion y los sueños mas hermososos GRACIAS POETA DE LA VIDA...

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  2. Lamento informarte mi querido amigo, que solo soy un profesional, especialista en Gestión Municipal, enamorado del Urbanismo y mi obsesión es poder ayudar a todo el mundo a mejorar su calidad de vida. Y lo que parece ser un sueño es tan solo una visión que complementa mi misión como obrero de LOS DERECHOS URBANOS. Muchas gracias por tu generosa apreciación.

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