sábado, 21 de agosto de 2021

Con todo respeto, señor Presidente Pedro Castillo.

Quienes no hemos votado por usted, quienes además advertimos del peligro de su posible elección por su incapacidad evidente para manejar los destinos de país, pero que somos demócratas por voluntad propia y aceptamos los resultados electorales recientes, queremos mostrarle nuestra seria preocupación por lo que viene sucediendo con su gobierno en este primer mes, señor Presidente. Permítame señalar que:

Carece usted de una bancada congresal suficiente y capaz para respaldar su gobierno, además de estar contaminada por la corrupción y el terrorismo, lo que hace casi imposible que sirva de algo.

Las personas de su entorno cercano no reúnen los méritos necesarios para servir al país de una forma eficiente y que, de mantenerse a su lado, terminarán anulando logros y avances ya obtenidos en algunas áreas del quehacer nacional, porque lo único que buscan es crear el caos total para destruir al país, en su afán, irracional, de demostrar que el sistema actual de gobierno no funciona.

No ha logrado usted sacudirse de un pesado lastre de cercanía a esas dos lacras mencionadas: la corrupción y el terrorismo, porque no ha deslindado claramente  ni ha prescindido de quienes la representan.

La mayoría de os funcionarios de primer nivel que usted ha nombrado no cuentan con la confianza de la ciudadanía, ni por sus capacidades personales ni por sus trayectorias recientes y pasadas.

Las primeras medidas por usted dictadas son mas efectistas que eficientes, por lo que causarán más daño que beneficio a las grandes masas que dice usted representar y defender.

No tienen usted el mínimo concepto de lo que es seguridad ciudadana urbana, habida cuenta de su entorno natural anterior. y su evidente falta de preparación en la cosa pública.

Su desconocimiento sobre política internacional y el juego, con intereses propios de los bloques de poder, de quienes el país, jamás obtendrá algo positivo, crea una gran incertidumbre sobre nuestro futuro y con ello aumenta el temor, lógico, de la destrucción del país.

Su lamentable falta de liderazgo y de visión de estadista está siendo usada por algunos, los de siempre, para seguir asustando a la ciudadanía con la anarquía y el caos que se producirían en los próximos meses y, precisamente por ello, incitan a romper el estado de derecho mediante un golpe de estado.

Se ha enfrentado usted a enemigos muy peligrosos, que hasta ahora lo manejaban todo, con un país callado y genuflexo y esa derrota se la van a cobrar muy cara.

Pero, a pesar de todo ello, debo resaltar que no le debe usted nada a nadie. Una parte de los peruanos ha votado por usted, no ha votado por un partido político y menos por un oscuro telonero, por lo que no hay razón alguna para mantenerlo a su lado. Si usted teme, como quieren hacerle creer, que al quedarse solo va a ser más vulnerable y sus enemigos lo van a acabar, se equivoca. Salvo un 20 % de nuestra población que ha votado, defiende y sostiene, tal vez de buena fe pero en forma equivocada, a una casta política y empresarial, que son los verdaderos enemigos del país y otro 20 % de seguidores suyos, entre los que se encuentran los fanáticos que defienden, desean y apoyan la revancha irracional, somos un mínimo de 60 % de peruanos, los que deseamos el cambio, los que creemos que se debe erradicar, en definitiva, la corrupción y la inseguridad ciudadana, originadas ambas por esas mismas personas que ya no queremos que existan, esos grupos de poder que se alternan indefinidamente en el gobierno y que se han repartido el país por décadas.

Usted tiene, señor Presidente, sólo dos opciones: Aprovechar la oportunidad de cambiar el país para bien y pasar a la historia como el peruano que pudo realizar los cambios estructurales necesarios para que pudiéramos vivir en un país más justo, equitativo, con orden, seguridad interna y un desarrollo sustentable para todos los peruanos, o llevarnos directo a un hoyo más negro y profundo que en el que ya nos encontramos. Tenga usted la seguridad de que son muchos los que desean, fervientemente, verlo fracasar para no perder los privilegios indebidos, para poder decir que solo existe un sistema de gobierno que funciona, el que hemos tenido en las últimas décadas y que nadie, salvo los que forman parte de los mismos grupos de poder de siempre, puede sacar el país adelante. 

En este momento cuenta usted en su equipo de gobierno, con tres excelentes profesionales en las carteras de Justicia, Economía y Relaciones Exteriores y, estoy seguro, que puede ir rectificando con el mismo acierto en otros puestos importantes. ¿Qué lo detiene entonces para prescindir, de inmediato, de aquellos que merecen la cárcel, al igual que esas otras personas que usted ha combatido siempre y por las mismas razones: trabajar con objetivos diferentes a los verdaderos intereses del país? Usted sabe que para lograr estabilidad tiene que obrar con inteligencia, sin extremismos ni resentimientos. Que aunque es cierto que hay demasiada gente postergada, ninguneada y explotada, nada se logra con provocaciones y enfrentamientos innecesarios. Haga usted lo justo, lo necesario y correcto, para lograr la gobernabilidad del país. Asuma usted su papel, con valentía y consecuencia. No permita intromisiones internacionalistas, ni injerencias internas radicales de revanchismo. El Perú entero se lo agradecerá.