viernes, 17 de diciembre de 2021

Los Parapentes de Magdalena del Mar.

Ya se va a cumplir un año desde que varios armatostes, muy ruidosos y alados, surcan los cielos del litoral del distrito de Magdalena del Mar. Los vecinos, especialmente los que viven en los edificios y entorno de los acantilados, han denunciado el hecho a las autoridades municipales repetidas veces. Han suplicado en todos los tonos que cese ese martirio diario de 10 am a 6 pm que les está causando un terrible estrés. ¿Por qué siguen haciéndolo? La respuesta correcta es PORQUE PUEDEN,  porque saben que nadie les va a decir nada y, sobre todo, porque tienen que recuperar la inversión realizada en la adquisición de esas ruidosas, casi apocalípticas máquinas. Se hizo la consulta directa a la persona encargada de fiscalización de la municipalidad y respondió: Tratamos de evitar que funcionen, bajamos a la playa acompañados de los serenos, les pedimos que se retiren y no lo hacen, es más, nos amenazan físicamente. ¿Qué pasa en Magdalena del Mar? ¿Hay autoridad, hay normas que cumplir, hay procedimientos administrativos que indican qué hacer en este y otros casos similares? O no hay nada de lo anterior y en ese distrito todo el mundo hace lo que le da la gana?                            

Vamos a tratar de entender lo que está sucediendo. Esas ruidosas máquinas, cuatro, a decir de los propios vecinos, pertenecen a alguien que está llevando a cabo un emprendimiento dentro del distrito. Qué bien, merecería nuestro total apoyo y felicitación por tratar de sacar adelante una pequeña empresa en estos difíciles momentos. Pero resulta, que esa "empresa/club/asociación" no tiene autorización alguna. Y no la tiene, simplemente, porque la Municipalidad de Magdalena del Mar no ha normado el procedimiento, ergo, no puede emitir la autorización correspondiente y, lo lógico, es que no pudieran funcionar, ni prestar servicios dentro del distrito. Entonces, los que están promoviendo ese negocio, no deben hacerlo y punto. Es cierto que las municipalidades tienen competencias y atribuciones que no pueden rebasar. Como, por ejemplo, no pueden decomisar, multar convenientemente y, menos detener, a los implicados. Pero, cuando no hay gato encerrado, negociados bajo la mesa, o indebidos favoritismos a parientes y amigos, se toman las medidas y ejecutan las acciones, que una buena y correcta administración sabe que se puede y debe hacer.

Ese tipo de club, asociación o empresa debe tener una autorización emitida por el ministerio de transportes y comunicaciones, que es la única entidad que puede hacerlo. Como autoridad del distrito cabe, entonces, acercarse a los señores propietarios de los, parapentes motorizados y pedirles dicha autorización, habida cuenta que sabemos que no tienen la autorización municipal distrital. Si tuvieran la autorización ministerial, pedirles copia de la misma y revisarla. ¿No la tienen? Denunciar el hecho al propio ministerio. Y ya está. ¿La tienen? Bueno pues, es evidente que se están infringiendo algunas cláusulas de dicha autorización ministerial, como el que no deben sobre volar por encima de las zonas residenciales y, tampoco, realizar esa actividad en forma comercial. Listo, ya tenemos la mejor forma de evitar lo que está sucediendo. Lo que sigue es que el ministerio enviará fiscalizadores, le retirará la autorización a esa empresa y, con el auxilio de la fuerza pública, la PNP, decomisará los implementos y se acabó el asunto. Lo peor que podría pasar es que hubiera un negociado con el ministerio de transportes y que éste ente no se pronunciara. Bueno, ahí todavía queda la posibilidad de que el procurador municipal presente la denuncia en paralelo a las autoridades judiciales correspondientes. Ese es el procedimiento legal y aunque toma su tiempo, cabe realizarlo correctamente, para que el resultado sea favorable a la tranquilidad y seguridad ciudadana y en forma definitiva.  

Pero y qué se podría hacer mientras tanto, para que los sufridos vecinos dejen de pensar cosas feas como que ese debe ser un negociado con la alcaldía o con el funcionario fiscalizador? La verdad, es muy sencillo. Además de la inmediata denuncia a Defensoría del Pueblo por medio del procurador y la solicitud municipal del apoyo policial para la erradicación de esa fuente de trastornos ciudadanos, se debe actuar con ganas e inteligencia. Esas máquinas necesitan una pista de despegue y aterrizaje y para ello cuentan un inmenso terral, al borde de la Costa Verde; sería conveniente, entonces,  anular esa facilidad con la colocación temporal de bloques de concreto, con los que sí cuenta la municipalidad, cada 20 metros y se acabó la pista gratuita e indebida. En Magdalena del Mar sí existe, vigente, una ordenanza contra los ruidos molestos, entonces habría que, con el auxilio de la PNP, solicitar el retiro inmediato de dicho grupo de personas y sus máquinas. Porque, además, la ordenanza municipal contra la emisión de ruidos molestos, permite la penalización y el decomiso de las fuentes emisoras de contaminación acústica.   

Por otro lado, las únicas municipalidades que sí han normado ese maravilloso deporte de aventura, como atracción turística y práctica recreativa, mediante sendas ordenanzas municipales. son las municipalidades de Miraflores y Pachacamac y sus reglamentos están respaldados por decretos de alcaldía que son muy claros: no deben sobre volar aglomeraciones de personas ni zonas residenciales. Ciertamente, de la cuestión económica no se ocupan. Miraflores autoriza a sobre volar los espacios públicos vecinos, pero la parte que corresponde a despegue y aterrizaje, está dentro de su propio territorio, convenientemente normado. Bueno pues, esa es la forma correcta de hacer las cosas.

Entonces, señor alcalde ¿por qué no se actúa en consecuencia? Quiero pensar que es por desconocimiento o por temor a cometer abuso de autoridad, que nace del mismo desconocimiento y, sería preferible, que fuera hasta por incapacidad, pero nunca por colusión. Hágase una, señor alcalde del distrito de Magdalena del Mar, actúe de acuerdo a lo que la razón, las atribuciones que le competen y su enunciada capacidad de entrega al trabajo, para mejorar la calidad de vida del distrito, que le confió dicha responsabilidad. Todos los vecinos se lo van a agradecer.   

Y, finalmente, pero no menos importante. ¿Existe en la Municipalidad de Magdalena del Mar, un Concejo Municipal, ese que según la Ley Orgánica de Municipalidades, es la verdadera y mayor instancia de gobierno dentro del distrito? ¿Sí? No está de más, entonces, recordarle al honorable cuerpo de regidores, que todo lo que se haga o deje de hacer dentro del distrito en el que han sido elegidos para legislar y fiscalizar, es corresponsabilidad suya. Lo saben, ¿verdad?

lunes, 4 de octubre de 2021

OIGA USTED, SEÑOR MINISTRO DE SALUD

Señor Hernando Ismael Cevallos Flores, ¿ha tomado usted conocimiento de lo que está sucediendo con los asegurados que viven en Magdalena del Mar y distritos aledaños, en Lima? Son más de 50,000 asegurados que de la noche a la mañana, han sido privados de la atención que por ley les corresponde, en el centro de salud que les había sido señalado y al que han acudido a atenderse durante años porque ahora ese local, se dice, debe cerrar? ¿Qué pasó con el dinero religiosamente aportado durante décadas por esos asegurados? ¿Qué pasó con el principio de subsidiariedad, que dice que hay que cubrir costos ahí en donde no pueden cubrirse, por falta de presupuesto o lo que fuera, para que TODOS, sin excepción, reciban la atención que requieren? Qué pasó con las declaraciones del señor Presidente de la República de mejorar la atención de salud, especialmente la de los más desfavorecidos y vulnerables, como los que ya caminan, a paso cansado, por la tercera edad? Lamento que el señor presidenta de Essalud, Mario Carhuapoma, haya mencionado como principal argumento, que en el local en donde deberían estar asistiendo a atenderse hasta 50,000 pacientes, sólo están asistiendo 7,000 en promedio y que por ello debe cerrarse este local. En realidad, señor Ministro y el señor Carhuapoma lo sabe, quienes no han solicitado citas en estos últimos 18 meses, no lo han hecho por miedo a contagiarse al tener que juntarse con otros pacientes, por pensar que mejor posponían tratamientos que necesitaban, aún los urgentes, en lugar de exponerse y que muchos hayan optado por mendigar apoyo familiar para seguir esos tratamientos en clínicas privadas, para evitar aglomeraciones. Resulta que ahora esos más de 50,000 asegurados tendrán que repartirse entre los locales de Jesús María y el Cercado de Lima, que aunque ahora puedan no tener mucha presión de atención, pero por la misma razón de ausencia como en el local de Magdalena del Mar, dentro de muy poco y gracias a la brillante campaña de vacunación contra el Covid 19 que usted ha dirigido con mucho acierto, todo volverá a la normalidad y esos dos locales señalados no solo reventarán de pacientes, sino que será imposible brindar los servicios complementarios a tanto asegurado. ¿Está queriendo usted auto petardear su propia y casi excelente Gestión señor Ministro?

¿No será y disculpe usted la atrevida suposición, porque argumentos razonables no encuentro, que lo que se está produciendo con el IPRESS MAGDALENA DEL MAR es el desalojo a un inquilino precario que habría dejado de pagar muchos meses de arriendo libremente pactado y los propietarios del local, puedan haber dicho bueno ya fue suficiente. ¿Sabía usted de esa posible "irresponsabilidad" señor Ministro? ¿Conoce y ha hecho algo contra los que resulten responsables?
Las normas de protección al asegurado y a su inalienable derecho de ser atendido de la mejor forma posible no se están aplicando en un gobierno que ofreció apoyar a todos y desaparecer desigualdades. ¿No será que usted y sus altos funcionarios, se atienden en exclusivas clínicas privadas, por lo que no conoce lo que los pobres asegurados tienen que pasar para poder ser atendidos? Lo que nadie podría objetar y sí felicitar, mientras que lo hicieran con su propio dinero, salvo que ello no le permitiera a usted darse cuenta que por otro lado, hay demasiada gente de a pie que también merecería un trato digno y una atención adecuada, en buenos locales y con profesionales de primer nivel y que se suponía el estado tenía la obligación de defender.
No está de más señalarle que casi la totalidad de estos asegurados virtualmente desalojados y abandonados a su suerte, pertenecen a la tercera edad y que, por ejemplo, el local de Jesús María es demasiado estrecho y que desarrolla sus actividades en 5 pisos, de difícil acceso aún con ascensor; que, además, dada la exigua pensión que reciben estos sufridos pensionistas asegurados no podrían cubrir su desplazamiento a otro distrito si tuvieran que pagar un transporte privado y tendrán, más bien, que hacinarse en vehículos de transporte público, justo en estos momentos de pandemia. Cabe señalar que, los servicios que se prestaban en el IPRESS de Magdalena del Mar, eran variados y casi completos, garantizando una adecuada atención y cubriendo las necesidades de análisis requeridos y que no existen, no se brindan, en al menos uno de los locales de reasignación. ¿No será que alguien está pretendiendo hacer negociados con la contratación directa de servicios médicos complementarios a esas empresitas fantasmas que aparecen, justo, en donde está el negocio? Demasiadas cosas sueltas, señor Ministro. Está usted seguro de poder cargar con ese peso, o podrá usted arreglar las cosas dentro de su propia casa e instruir a quien corresponda, anular este atropello al asegurado PERUANO?
Finalmente, se ha indicado que las citas previas, los tratamientos iniciados, las operaciones ambulatorias acordadas, los análisis realizados, ahora que se piensa derivar a los pacientes a otros locales lejanos, todo, enteramente todo, vuelve a fojas cero y habrá que iniciar todo el proceso, desde la cita inicial, con medicina general. Eso ya no es maltrato, señor Ministro, eso ya es un abuso perpetrado por la peor calaña de funcionarios que pudiera existir.
Se podría haber contado con la alcaldía de Magdalena del Mar, que en todo momento ha manifestado ser contraria a esta irracional disposición, en defensa de sus vecinos; o con la Beneficencia Pública y otras instituciones para evitar este atropello a los asegurados, tratando de encontrar un local adecuado para este servicio, en un radio de desplazamiento aceptable, pero no, se optó por lo más sencillo, por lo menos eficiente, por ¿lo más conveniente y rentable?
Existe una serie de versiones con las "verdaderas razones" del cierre de este local, desde la más descabellada, de reducir, a la mala, por falta de la atención requerida, a buena parte de esa carga de asegurados de la tercera edad, hasta la más probable, que hay necesidad de favorecer a nuevos médicos, nuevo personal administrativo y auxiliar y a nuevas empresas de tercerización que están formando cola exigiendo que ustedes cumplan con el ofrecimiento de: Cuando lleguemos les daremos trabajo a todos los que nos apoyaron. Estoy plenamente convencido que no es así. ¿Podrá usted, demostrarlo, señor Ministro de Salud?

ESPERAMOS QUE SÍ.       

sábado, 21 de agosto de 2021

Con todo respeto, señor Presidente Pedro Castillo.

Quienes no hemos votado por usted, quienes además advertimos del peligro de su posible elección por su incapacidad evidente para manejar los destinos de país, pero que somos demócratas por voluntad propia y aceptamos los resultados electorales recientes, queremos mostrarle nuestra seria preocupación por lo que viene sucediendo con su gobierno en este primer mes, señor Presidente. Permítame señalar que:

Carece usted de una bancada congresal suficiente y capaz para respaldar su gobierno, además de estar contaminada por la corrupción y el terrorismo, lo que hace casi imposible que sirva de algo.

Las personas de su entorno cercano no reúnen los méritos necesarios para servir al país de una forma eficiente y que, de mantenerse a su lado, terminarán anulando logros y avances ya obtenidos en algunas áreas del quehacer nacional, porque lo único que buscan es crear el caos total para destruir al país, en su afán, irracional, de demostrar que el sistema actual de gobierno no funciona.

No ha logrado usted sacudirse de un pesado lastre de cercanía a esas dos lacras mencionadas: la corrupción y el terrorismo, porque no ha deslindado claramente  ni ha prescindido de quienes la representan.

La mayoría de os funcionarios de primer nivel que usted ha nombrado no cuentan con la confianza de la ciudadanía, ni por sus capacidades personales ni por sus trayectorias recientes y pasadas.

Las primeras medidas por usted dictadas son mas efectistas que eficientes, por lo que causarán más daño que beneficio a las grandes masas que dice usted representar y defender.

No tienen usted el mínimo concepto de lo que es seguridad ciudadana urbana, habida cuenta de su entorno natural anterior. y su evidente falta de preparación en la cosa pública.

Su desconocimiento sobre política internacional y el juego, con intereses propios de los bloques de poder, de quienes el país, jamás obtendrá algo positivo, crea una gran incertidumbre sobre nuestro futuro y con ello aumenta el temor, lógico, de la destrucción del país.

Su lamentable falta de liderazgo y de visión de estadista está siendo usada por algunos, los de siempre, para seguir asustando a la ciudadanía con la anarquía y el caos que se producirían en los próximos meses y, precisamente por ello, incitan a romper el estado de derecho mediante un golpe de estado.

Se ha enfrentado usted a enemigos muy peligrosos, que hasta ahora lo manejaban todo, con un país callado y genuflexo y esa derrota se la van a cobrar muy cara.

Pero, a pesar de todo ello, debo resaltar que no le debe usted nada a nadie. Una parte de los peruanos ha votado por usted, no ha votado por un partido político y menos por un oscuro telonero, por lo que no hay razón alguna para mantenerlo a su lado. Si usted teme, como quieren hacerle creer, que al quedarse solo va a ser más vulnerable y sus enemigos lo van a acabar, se equivoca. Salvo un 20 % de nuestra población que ha votado, defiende y sostiene, tal vez de buena fe pero en forma equivocada, a una casta política y empresarial, que son los verdaderos enemigos del país y otro 20 % de seguidores suyos, entre los que se encuentran los fanáticos que defienden, desean y apoyan la revancha irracional, somos un mínimo de 60 % de peruanos, los que deseamos el cambio, los que creemos que se debe erradicar, en definitiva, la corrupción y la inseguridad ciudadana, originadas ambas por esas mismas personas que ya no queremos que existan, esos grupos de poder que se alternan indefinidamente en el gobierno y que se han repartido el país por décadas.

Usted tiene, señor Presidente, sólo dos opciones: Aprovechar la oportunidad de cambiar el país para bien y pasar a la historia como el peruano que pudo realizar los cambios estructurales necesarios para que pudiéramos vivir en un país más justo, equitativo, con orden, seguridad interna y un desarrollo sustentable para todos los peruanos, o llevarnos directo a un hoyo más negro y profundo que en el que ya nos encontramos. Tenga usted la seguridad de que son muchos los que desean, fervientemente, verlo fracasar para no perder los privilegios indebidos, para poder decir que solo existe un sistema de gobierno que funciona, el que hemos tenido en las últimas décadas y que nadie, salvo los que forman parte de los mismos grupos de poder de siempre, puede sacar el país adelante. 

En este momento cuenta usted en su equipo de gobierno, con tres excelentes profesionales en las carteras de Justicia, Economía y Relaciones Exteriores y, estoy seguro, que puede ir rectificando con el mismo acierto en otros puestos importantes. ¿Qué lo detiene entonces para prescindir, de inmediato, de aquellos que merecen la cárcel, al igual que esas otras personas que usted ha combatido siempre y por las mismas razones: trabajar con objetivos diferentes a los verdaderos intereses del país? Usted sabe que para lograr estabilidad tiene que obrar con inteligencia, sin extremismos ni resentimientos. Que aunque es cierto que hay demasiada gente postergada, ninguneada y explotada, nada se logra con provocaciones y enfrentamientos innecesarios. Haga usted lo justo, lo necesario y correcto, para lograr la gobernabilidad del país. Asuma usted su papel, con valentía y consecuencia. No permita intromisiones internacionalistas, ni injerencias internas radicales de revanchismo. El Perú entero se lo agradecerá.

 



sábado, 15 de mayo de 2021

Las Gestiones Municipales

 ¿Qué hace que una Gestión Municipal sea considerada exitosa o desastrosa? Tal vez, ¿Que haga obras, aunque sea a costos inflados? ¿Que gane premios porque cumplió con gastar el 100 % del presupuesto asignado, aunque lo realizado no sea necesario ni esté bien hecho? ¿Que su territorio se vea ordenadito, arregladito y se vea simpático, aunque las cuestiones importantes se sigan pateando a futuras gestiones? ¿Que aparezca en todos los medios (pagados) posibles como una gestión exitosa, aunque en la realidad esté lejos de serlo? ¿Que los vecinos y sectores más bullangueros y normalmente quejosos, se mantengan tranquilos, pero a cambio de prebendas personales a sus líderes o dirigentes impuestos? ¿Que las normas y prohibiciones sean las mínimas posibles, como para que nadie "se sienta presionado" y así no haya reclamos? ¿Que no se moleste al vecino con la exigencia del pago de los servicios públicos realizados, aunque no haya dinero para pagar ni la planilla de funcionarios y empleados ni a los proveedores? ¿Que no se generen enemigos internos ni externos y sí más bien, se tapen estropicios de otras gestiones, para recibir la misma "consideración" luego, en un círculo perfecto de tu me apoyas, yo te apoyo? En resumen, ¿Que se dejen las cosas como se recibieron, ya que con no empeorarlas, es bastante? Muy difícil responder a estas preguntas. 

La autoridad municipal en ejercicio, sea cual fuere su origen: que haya sido electo por arrastre, electo como el mal menor, electo por ser el más simpático, con apellido que suena bien, o electo por haber regalado más almanaquitos, lapiceros y cajitas de fósforos, además de polos y viseras, debería tener y así lo señala la Ley, como objetivo, único y excluyente, el de velar por el desarrollo integral de su comunidad, que incluye el territorio y los vecinos, buscando el beneficio general, al menor costo y con la mayor eficiencia posibles. ¿Es mucho pedir? Por supuesto. Pero entonces aquí es en donde debemos preguntarnos: ¿No sería conveniente que la autoridad y grupo de regidores que elijamos para que ADMINISTREN EFICIENTEMENTE nuestro Municipio, sean los mejores candidatos, con formación académica mínima necesaria, con experiencia laboral mínima requerida y con una hoja de vida sino blanca, al menos perla? Sí pues, es muy difícil y hasta aburrido por ejemplo, exigir y asistir a debates, leer las hojas de vida de todos los candidatos, analizar y comparar los planes de gobierno municipal de cada postulante y conversar entre los vecinos de cada sector organizado de nuestro distrito. En fin, es bastante difícil hacerse responsable del próximo gobierno municipal. Lo que normalmente hacemos, más bien, es permitir que continúe el deterioro constante del nivel de calidad de vida de nuestras comunidades, con personas al frente que, debiendo dejar su vida en el cumplimiento de las funciones y atribuciones confiadas, no hacen nada bien pero cobran sueldos como los mejores, sin la existencia de una organización vecinal, como les gusta y necesitan los malos alcaldes, vecinos ignorantes de lo que sucede en el ejercicio de la función de sus autoridades.

Queda, entonces, el alcalde y su concejo de regidores, solos con su soledad y, claro, con sus intereses particulares y, aunque en el mejor de los casos, el alcalde sea voluntarioso, que no roba mucho y, además, sea buena gente, su gestión será muy pobre, porque carece de lo más importante, el consenso, el apoyo, la fiscalización y la responsabilidad compartida, que certifiquen una BUENA GESTIÓN.

Por graves deficiencias en nuestra formación ciudadana, elegimos mal, nos hacemos a un lado durante el ejercicio de la gestión y reclamamos sólo cuando los errores cometidos nos afectan directamente. Carecemos, entonces, de IDENTIDAD CIUDADANA, que se traduce en que mi distrito no me importa, me importa mi casa, a lo más mi cuadra y que el resto se acomode como pueda; de CULTURA DE PAGO, ¿Pagar los tributos municipales? ¿Para qué? Si no están haciendo nada bueno y que ya vean de dónde sacan el dinero necesario; de ORGANIZACIÓN CIUDADANA ¿Organizarme vecinalmente y participar y apoyar en la elección de las Juntas Vecinales?¿Para qué? Si la antipática de enfrente me cae chinche y el sinvergüenza del costado pone su radio a todo volumen en las noches. No, ni hablar; carecemos también del sano y necesario ejercicio de la FISCALIZACIÓN, que es la necesidad de exigir la total Transparencia de la Gestión y el que nos muestren las cuentas, lo recibido y lo gastado, cómo se recibió, de quién y en qué se gastó. Y, finalmente, ignoramos los derechos y responsabilidades que como CIUDADANOS de una comunidad nos corresponden, es decir, no somos conscientes de que nos asisten unos DERECHOS URBANOS, que el día que aprendemos a ejercerlos, viviremos mucho mejor, casi decentemente.

miércoles, 12 de mayo de 2021

Llegó la OLA CICLÍSTICA

Como resultado de la necesidad de contar con ciudades más humanas, menos contaminadas y más accesibles al transporte personalizado se ha producido, estimulada por la pandemia, una suerte de OLA CICLÍSTICA espontánea, lo que sería muy beneficioso para las comunidades y sus residentes, pero resulta que nuestras ciudades y su infraestructura, no están convenientemente preparadas para su llegada. En forma paralela y también sin la debida planificación, se han iniciado proyectos de recuperación o expansión de los espacios públicos para peatones, lo que ha generado un problema serio de prioridades y preferencias. En los nuevos espacios públicos logrados se están produciendo peligrosas situaciones por el uso simultáneo de los mismos, por peatones y ciclistas. La ausencia de la señalización adecuada, la falta de conocimiento del uso correcto de la bicicleta y la indiferencia o incapacidad municipal ante los hechos terminará, a punta de accidentes no deseados pero previsibles, por desalentar el uso de la bicicleta o el uso de dichos espacios por los peatones, lo que marcará el fracaso de esta nueva y atractiva experiencia urbana.

El uso intensivo de las bicicletas recreativas o de transporte en una ciudad, requiere de canales de circulación adecuados, que cuenten con la señalización respectiva y un mantenimiento permanente, además de la provisión del mobiliario urbano necesario, iluminación adecuada y especiales zonas de parqueo y seguridad. Se requiere, así mismo, del registro obligatorio de las unidades de ese tipo de transporte para garantizar la calidad y procedencia de las unidades ciclísticas, la seguridad de los peatones y de los propios ciclistas ante un eventual accidente, así como  para resguardar la propiedad de esas unidades de transporte. 

Apoyar la masificación del uso de la bicicleta, como medio de transporte y recreación, en épocas especiales como la que estamos atravesando, debería ser una iniciativa municipal. Los  atropellos o accidentes personales, por leves que fueran, así como la sustracción o robo de bicicletas también constituirían, por tanto, responsabilidad municipal. Entonces, ¿Por qué no adelantarse a los hechos y diseñar Políticas para el Uso Masivo de la Bicicleta, que incluyan los reglamentos, los registros de propiedad, las escuelas de ciclistas, la adecuación de la infraestructura vial y todas las disposiciones que tuvieran que ver, ya no solo con la peatonalización, sino también con la ciclistización de nuestras ciudades.

Hay que señalar, por otro lado, que el uso masivo de la bicicleta como medio de transporte personal es una tarea metropolitana, no lo es de manera alguna, distrital. Algunos ciudadanos bien intencionados están presionando a sus autoridades locales para la implementación de ciclovías en sus distritos, sin entender que todo tipo de vía, para que cumpla su cometido, debe tener continuidad, es decir no sólo debe cubrir los espacios internos, sino que debe prolongarse a través de los distritos circundantes y eso sólo se puede hacer si es que se implementara un Proyecto Metropolitano Integral de Ciclovías, que determine en qué calles o avenidas, de cada distrito, deben habilitarse las mismas, para garantizar su adecuada continuidad. Lo contrario es un gasto inútil del presupuesto local. 

La ciudad de Lima, como muchas provincias del país, son escenarios ideales para la masificación del uso de la bicicleta, por el clima y la topografía. Además de preservar el medio ambiente, contribuye con la salud preventiva personal por el ejercicio realizado, por lo que su uso debería ser una prioridad municipal. Existen distritos con áreas adecuadas y suficientes, por otro lado, para la implementación de espacios ciclísticos para la práctica recreativa o competitiva. Los existentes parques lineales, las amplias bermas centrales permiten el establecimiento de circuitos cerrados, sobre las franjas comprendidas entre los carriles de circulación automotor  y el área verde; por otro lado, en las áreas con frente al litoral, como las que corresponden a los distritos de Chorrillos, Barranco, Miraflores, San Isidro, Magdalena del Mar, San Miguel y el Callao, se podrían habilitar en forma conjunta y con un proyecto progresivo, extensas ciclovías de dos o más carriles, así como espacios para competencias reguladas de circuito BMX y similares. 

En fin, el uso de la bicicleta  es una moda que ya llegó para quedarse; tenemos dos opciones, aprovecharla al máximo y convertirla en una herramienta del desarrollo o permitir que se convierta en un problema ciudadano más.

viernes, 1 de enero de 2021

Conociendo el Presupuesto Municipal

Las municipalidades se manejan con una importantísima herramienta de gestión que es el PRESUPUESTO MUNICIPAL. En él se especifica todo el dinero que ingresa,  de dónde, en qué momento y, finalmente, cómo, en qué momento y en qué se gasta. Lo que podría parecer de innecesario conocimiento ciudadano, debido a que, en realidad, quienes lo manejan, administran y deben dar cuenta de él, son los propios funcionarios municipales, bajo la estricta mirada, se supone, de la Alta Dirección Ejecutiva, o sea, Alcalde y Gerente Municipal y bajo la fiscalización inmisericorde, también se supone, del Concejo de Regidores, es de vital importancia para que los ciudadanos puedan enterarse, con la debida anticipación, con cuánto dinero se cuenta para la gestión de cada año y, sobre todo, en qué es que se gasta esa cantidad que, siempre dicen, que nunca alcanza. Uno de los principios básicos de la formulación de un presupuesto municipal es el principio de equilibrio, es decir debe ingresar tanto, para poder gastar tanto, en buen cristiano, se requiere que todos los vecinos cumplan con pagar sus tributos para que la municipalidad pueda financiar la ejecución de todo lo ofrecido, lo necesario y prioritario. Pero no siempre sucede así, porque los vecinos no tienen una adecuada cultura de pago o porque los gerentes, jefes y funcionarios calcularon mal, gastaron demás o hicieron lo que no debían. Y ahí es en donde empiezan los problemas, que llegan a reflejarse en pésima prestación de los servicios municipales, empleados y obreros sin poder cobrar, proveedores que no reciben sus cheques y cae la noche sobre la administración, lo que es muy común. Pero esto y sus nefastas consecuencias podrían evitarse si las cosas se hicieran en la forma correcta.

Los presupuestos municipales, deberían ser de conocimiento público, deberían, en lo posible, programarse y formularse entre todos, autoridades y vecinos, deberían aprobarse con conocimiento directo y transparente de los vecinos y deberían ejecutarse con participación de los representantes vecinales. Eso generaría una confianza mutua, un compromiso pleno y una participación decidida. ¿Difícil de realizar? Por supuesto que no. Lo difícil es aceptarlo, empezando por la primera autoridad. Mientras el alcalde en ejercicio siga creyendo que él es el dueño del dinero y que en esta chacra, perdón, en esta municipalidad, se hace lo que yo diga, entonces no hay forma. Mientras el vecino siga desconfiando, tengo dudas razonables, dice, y se niegue a pagar, a tiempo sobre todo, tampoco se podrá. Mientras los regidores sigan moviendo la cabecita aprobatoria a cambio de gollerías personales, tampoco y mientras las Juntas vecinales sigan siendo interesadas comparsas de la autoridad en ejercicio, entonces no hay nada de qué hablar.

Qué bueno sería, por ejemplo, que los vecinos se enteraran este fin de año que el próximo año, entre marzo y julio se van a levantar las pistas y veredas de las cuadras 4,5,6,7 y 8 de la avenida tal, porque se van a construir, por Dios que ahora sí, en concreto y con fierro de 3/8" y no con una capita de lechada de cemento, como siempre, para poder hacerlo todos los años, o que los parques ahora sí van a contar con la cantidad de bancas y faroles que veníamos reclamando hace cuatro gestiones, o que en lugar de los 13 serenos que solo alcanzan para vigilar unas cuantas cuadras del distrito ahora sí van a ser 60 efectivos.  Y que todo ello está totalmente financiado con los ingresos corrientes, las transferencias del gobierno central y una donación de un país europeo que se ha enterado que en tu distrito hay una gran colonia de italianos y que, además,  el alcalde en ejercicio es una persona digna de confianza. 

Pero también podríamos enterarnos, por ejemplo, con la debida anticipación, que al gerente de recursos humanos se le ha ocurrido que los jardineros y fiscalizadores deben usar terno todo el año y que para ello se va a a destinar una importante partida y que al final contratarán para el encargo a la sastrería del entenado del gerente tal, o que al gerente de imagen institucional se le ha ocurrido que "la carrera política" del señor alcalde no termina por despegar y que hay que contratar un par de ediciones de esos panfletos municipalistas que por ahí circulan sobreviviendo gracias a la negociación de publicherris que colocan la foto del alcalde contratante en primera plana y lo declaran el mejor alcalde del país, a un precio módico, oiga usted.

Resumiendo, si todos, autoridades "elegidas", funcionarios, empleados, autoridades nacionales pertinentes y, sobre todo, los vecinos contribuyentes, supieran cómo se consigue el dinero, cómo se gasta y qué hay que hacer para que alcance y no queden deudas a futuro, luego de cada gestión, entonces tenemos que empezar a interesarnos mucho más en este aburrido y enredado asunto de la PROGRAMACIÓN/FORMULACIÓN/EJECUCIÓN/SUPERVISIÓN y FISCALIZACIÓN  del PRESUPUESTO MUNICIPAL, para poder tener una verdadera Gestión Municipal y evitar estar echándose la culpa cada cuatro años, que además de feo es inútil, porque ya las cosas sucedieron y, salvo en las películas, ya no hay nada que hacer.

Debo mencionar que es necesario que empecemos por respetarnos, rechacemos, por ejemplo, los chupetines engaña muchachos como ese cuento del Presupuesto Participativo, que en la realidad representa un ínfimo porcentaje del monto destinado a obras e inversión que se dice se va a realizar, luego de haber concertado con la población organizada, pero que en un 50 % jamás se realiza, no se da cuenta de ello y no hay fiscalización y, menos, penalización, por burlarse de  las esperanzas vecinales por sector; ese otro cuento de las Juntas Vecinales "representativas", que en la realidad no hacen respetar las decisiones vecinales, no presentan, salvo poquísimas excepciones, reclamos, sugerencias concretas ni apoyo real, cuando de ocuparse de los derechos urbanos y ciudadanos se trata. Finalmente,  en los temas de la elaboración y los plazos que deben cumplirse para ello, nada se cumple. La ley dice, por ejemplo, que el día límite para publicar en El Peruano el presupuesto del próximo año es el día 31 de Diciembre, pero evita mencionar que para que ello se cumpla deben realizarse una serie de pasos, a los que deberían agregarse otros más, que implican, si se realizaran bien, un mínimo de tres a cuatro meses de trabajo coordinado, entre varios actores.  Entonces, genera preocupación, cuando se pregunta en la municipalidad, en cada Diciembre: Y ¿Cómo va lo del presupuesto? ¿Ya lo aprobó la Comisión de Regidores y el Concejo en pleno? Y te respondan, no se preocupe, el alcalde tiene hasta el 31 de Diciembre para presentar, hacer aprobar y publicar en diario oficial, el presupuesto municipal del próximo año. Disculpe, ya estamos a 20 de Diciembre y nadie sabe nada de ello. ¿Por qué se preocupa? te dicen, todavía faltan 11 días.

Bueno el tema es el siguiente: si el alcalde pudiera chasquear los dedos y apareciera sobre su escritorio el legajo del presupuesto completo, correctamente programado, formulado y, sobre todo, concertado y ya estuviera todo acordado, con el pago de publicación adelantado para El Peruano y un empleado con toda la información digitalizada solo tuviera que enviarla mediante un click, sería bacán, pero normalmente no es así.

En las administraciones municipales normales y reales la cosa funciona más o menos así: la gerencia encargada de manejar este importante asunto es la de Presupuesto y Planificación, casi siempre a cargo de un economista canchero en temas municipales, que junto a su personal se convierte en el terror de todas las gerencias, jefaturas y sub jefaturas de la municipalidad, ya que desde el mes de Junio de cada año los conmina, bajo responsabilidad, a preparar su borrador de presupuesto operativo, que incluya los gastos que irrogan los haberes del personal a su cargo, el mobiliario y los útiles, además de movilidad y todos los gastos operativos que requiera cada unidad para la mejor realización de sus funciones. Entre los mese de Agosto y Setiembre se juntan todos y se trata de elaborar un presupuesto general, que además deberá incluir las obras a realizar, con sus costos detallados al mínimo. Normalmente, demoran de tres a cuatro semanas los ida y vueltas de dichos informes y borradores, se consulta a la gerencia municipal y al alcalde si es cierto que ha ordenado se haga tal cosa, tal otra, como por ejemplo, que se ha aceptado la petición del jefe de fiscalización que ha dicho que si no le dan 20 efectivos más de lo normal para la época navideña y de fin de año, el distrito se convertirá en la nueva Gamarrita, parada incluida, de la ciudad. Al final, cuando ya todos se pusieron de acuerdo, la alta dirección dice HÁGASE y ya está, se pasa en limpio y se presenta en sala de regidores, para que la comisión de presupuesto lo revise, pida información adicional, chequee que ningún gerente se haga el gracioso pasando "cositas personales" como de interés municipal; muchas veces hay necesidad que el titular de cada área se presente en sala de regidores para explicar por qué esto, por qué no esto y a que se disipen dudas razonables de aparentes malos manejos. Finalmente y con el apoyo divino, en sesión de Concejo se aprueba el presupuesto y se le cede la posta al alcalde para que ordene su publicación. Eso es lo ideal, pero resulta que muchas veces llega la víspera de navidad y no se ha visto el humo blanco en la sala de regidores, quienes por el contrario, y debo decir que esto pasa muy poquísimas veces por cierto, le devuelven el fardo a la máxima autoridad con un papelito que dice: Naranjas, esto no pasa. Y ahí es cuando, en "cumplimiento sagrado de su deber" el señor alcalde se ve "obligado" a tomar la decisión de asumir la responsabilidad total y personal del mamotreto en cuestión y ordena, unilateralmente, la publicación del mismo. Este vacío, que la ley permite, conlleva un riesgo altísimo de que se ponga en ejecución un presupuesto con el que se pueda hacer cualquier cosa y, en donde, el cielo es el límite para el abuso del poder y el derroche presupuestario. Así que, por estas cositas y otras muchas más, sería necesario que empecemos a prestarle mayor atención a este "aburrido" asunto, de "responsabilidad ajena", que al final termina reventándonos en la cara.