lunes, 10 de enero de 2011

Llegó el momento, señora Susana

Se acabaron las peleas, los chismes y murmuraciones. Bien fea fue esta campaña municipal. Ya está, sin embargo, la primera alcaldesa electa de Lima, en funciones. Salvo pequeños roces, la transferencia se ha realizado en forma normal. La gestión saliente no ha sido muy prolija en cuentas y supervisión de obras, pero eso ya se verá en el camino. Ahora lo único que queda es aplicarse y lanzarse de lleno a la gestión. ¿Qué esperamos de usted señora Villarán? Los limeños, de nacimiento y adopción, necesitamos que nos sea devuelta la ciudad, que sus calles, plazas, parques y espacios públicos en general, sean transformados y reciban un toque de proporción y escala humana y podamos gozar nuevamente de nuestra ciudad. Tenemos un enemigo, que de extraordinario auxiliar móvil y versátil herramienta de trabajo, se ha convertido en un monstruo devorador de tranquilidades y espacios. Pero ciertamente, este objeto inanimado no es directamente culpable, en modo alguno, sí lo son quienes lo pusieron delante de los intereses de las personas, quienes le ofrecieron la ciudad negándosela a los peatones, quienes han lucrado con su increíble multiplicación y quienes, teniendo la capacidad ordenadora y sancionadora, se han hecho de la vista gorda a cambio de engordar también la billetera. Y no es justo, las obras faraónicas realizadas en homenaje y al servicio de los vehículos han echado por tierra nuestras esperanzas de humanizar nuestra ciudad. Es hora de actuar, pero ahora mismo, antes de que sea demasiado tarde.

Los planes, proyectos y obras realizadas hasta la fecha han sido, sin excepción, de corto plazo, de efecto publicitario y en calidad de maquillaje urbano. No existe, a la fecha, un verdadero proyecto de desarrollo para Lima, una proyección de nuestras necesidades y requerimientos, que convenientemente encausados nos den una Lima suficientemente digna para vivir. Nuestro sistema democrático es pésimo en su estructura, mal implementado y escandalosamente manipulado, en beneficio e interés de cualquier otra cosa, menos del ciudadano. La política y sus capitostes, los intereses de las inmobiliarias y constructoras, monstruosas depredadoras del espacio urbano, nos han birlado la posibilidad de vivir bien y de ser felices. ¿Qué hacer? Como primer número, de esta nueva presentación edil, tenemos que detenernos a pensar en el futuro, tenemos que imaginarnos cómo estaríamos, de seguir haciendo lo que se está haciendo, de aquí a 25 años, mínimo, para, luego de horrorizarnos, tomar el toro por las astas y señalar la ruta que realmente debemos seguir. Y lo primero, señora alcaldesa, es devolver al ciudadano la esperanza de una mejor calidad de vida, re direccionando toda la labor y el esfuerzo municipalista para convertir, nuevamente, al vecino, en el objetivo único y excluyente de toda la gestión municipal. Así, si el vecino es el fin, ¿por qué diablos seguimos haciendo super carreteras y anchando pistas, eliminando parques y jardines para construir playas de estacionamiento?, ¿por qué en un cruce importante de calles se hacen puentes elevados para que el peatón suba y baje tremendas y mal diseñadas escaleras, permitiendo que su majestad el carro se dealice suavemente sobre el mismo nivel?

Si es cierto que usted no le debe favores a nadie, si es cierto que no tiene rabo de paja, si es cierto que lo que la anima y la animó a postular es ese gran deseo de hacer algo por las personas, entonces demuéstrelo. Déjenos ver y conocer su mayor esfuerzo, entregue todo por la función que le hemos entregado. Podríamos empezar enumerando obras, trabajos, ordenanzas, sugerencias, pero de eso no se trata. Le reitero que lo importante es asumir el reto con lo sustancial, que ciertamente no es muy popular y si usted ha pensado en catapultarse a través de la alcaldía metropolitana a ligas mayores y por ello se va a dedicar a lo suyo y a poner su gestión al servicio de su carrera política, entonces la maldigo y le deseo la peor de las suertes; pero si se va a dedicar a hacer lo que se tiene que hacer para recuperar nuestra hermosa ciudad, continuar lo bueno, salvar lo rescatable y construir un futuro urbano más humano, de mayor calidad, entonces reciba usted todas las bendiciones del mundo. Difícil es, pero cuenta usted con un equipo de primera, que si no pierde la perspectiva, que si no se endiosan a sí mismos, entonces ya ganamos todos. Usted mueve, señora Alcaldesa.

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