lunes, 2 de agosto de 2010

Lourdes Flores, Alex Kouri y Elecciones Municipales

Era inevitable. Cuando la "política grande", partidos y líderes incluidos, se dan cuenta de que han perdido credibilidad, injerencia y manejo directo en la cosa pública del país, se echan de lleno sobre la cosa local, con la esperanza de recuperar bases y reductos ahora ajenos. Usando los mismos métodos y presupuestos de las grandes lides, resulta que los políticos de profesión, oficio y aspiración, se han agarrado a pañuelazos por los favores del vecino. Lo han hecho con la anuencia, participación directa y manipulación de los medios de prensa, de las autoridades en ejercicio y de los grupos de poder, que cuándo no, están ansiosos de recuperar lo que se les estaba yendo de las manos. Lo que está sucediendo entre el PPC, origen de casi todos los políticos actuales y sus hijos bastardos o naturales, es digno de un estudio sociológico mucho más profundo de lo que pretendo en estas líneas. Lo que sí debo señalar es el grave daño que se está infringiendo a las políticas de gobierno y proyectos locales en nombre del reposicionamiento de los voraces partidos tradicionales. La polarización fabricada por los que manejan la opinión pública es una bomba nuclear al corazón del municipalismo. Pocos líderes en el país han entendido la tremenda importancia de solucionar primero la cosa vecinal, lo doméstico, a través de los gobiernos locales, para evitar que trascienda y llegue a convertirse en un problema nacional.

Fue Don Alberto Andrade Carmona quien inició un proceso de municipalización que nos hubiera llevado al verdadero desarrollo de nuestras ciudades, a una revolución pacífica de las políticas y manejos municipalistas, que anteponiendo el beneficio ciudadano del hombre de a pie, del vecino común y corriente, pudiera haber logrado un desarrollo integral y auto sostenido, personal y familiar. Pero he aquí que aparece un señor, que en nombre de los grandes grupos de poder y de sus cálculos y ambiciones personales y societarias, corta las alas al municipalismo al emitir un sin fin de decretos, cercenando atribuciones y responsabilidades, así como fondos y posibilidades de financiación a las municipalidades provinciales, para malograr la trayectoria y brillante futuro de alguien que podría aguarle la fiesta más adelante. Centralizó el poder y de paso le cortó la cabeza a un presidenciable. Ese señor al que las masas nacionales ahora apañan y defienden está preso, pero sigue manejando las cosas a su antojo y el de sus auspiciadores, como todo buen delincuente que desde Piedras Gordas, por ejemplo, sigue planeando y dirigiendo a sus secuaces y sus actos delictivos; y lo hace con la anuencia del señor García, de un congreso alcahuetísimo y del aparato judicial en pleno, que a la postre se han convertido, todos ellos, en mejores defensores que el propio Nakasaki.

Hace casi 5 meses, cuando la señorita Lourdes Flores Nano, deshojaba margaritas sobre su participación en las elecciones municipales 2010, me permití escribir un artículo sobre el tema y enviárselo directamente a su correo personal, el que amablemente contestó sin contestar. Manifestaba que a sabiendas de que las elecciones presidenciales 2011 no eran suyas, se guardara para las elecciones presidenciales 2016 y que no participara en las municipales 2010, que me parecían, para ella, como de una liga menor. A la luz de lo sucedido y ratificándome en lo sugerido voy a ampliar mi opinión al respecto, involucrado además al señor Alex Kouri. La señorita Lourdes representa a un partido tradicional y a una clase socio política conservadora y egoísta. El señor Kouri, por su parte, que aunque tiene el mismo origen y formación política se representa mejor a él mismo y los intereses de su entorno. Ambos, sin mayor diferencia, encarnan y defienden al sistema económico imperante con todos sus vicios e injusticias. Para filosofías y políticas de gobierno central, vaya y pase, total en ese partido debe haber contrincantes de su nivel y, si no los hay, mejor para ellos. Lo malo de su evidente desesperación por hacerse de la municipalidad metropolitana no es por su "extremada vocación de servicio" o por su excelente dominio sobre la materia. No. Es para copar espacios políticos que sirvan al fin mayor, de gobernar el país a punta de quitarle la silla al otro. Nadie podría criticarles su estrategia política. Lo que está muy mal es que se sirvan del favor y la buena fe del vecino para alcanzar sus objetivos. El manejo y gerencia de la ciudad difiere diametralmente de un manejo nacional, en cuanto a filosofía y concepción de gobierno, en cuanto a prioridades y, sobre todo, en cuanto al objetivo primordial. En el caso de las ciudades es la persona, el ciudadano y su familia, su desarrollo integral y el alcanzar un alto nivel de calidad de vida, por sobre cualesquier otra consideración. En el caso de las políticas nacionales de gobierno los fines, los objetivos, las estrategias y acciones concretas son otras. De los dos mencionados, Alex Kouri podría estar mejor preparado para una gestión metropolitana, pero el ya pasó por un gobierno provincial y luego regional y su cabeza está llena de procesos y acciones autoritarias, de grandes manejos y mayores intereses, así como de innumerables compromisos y obligaciones con terceros que no podría, lamentablemente, soslayar a la hora de gerenciar la ciudad.

No hablemos de la tan socorrida "vocación de servicio", que en realidad poco sirve e importa a la hora de promover y gestionar el desarrollo y bienestar general de la comunidad, para lo que se necesita ejercer la labor como lo que es, un trabajo sólo para los buenos, preparados y eficientes gerentes generales de un proyecto de desarrollo integral para sus contratantes, los vecinos. Hay demasiados intereses en juego, demasiadas obligaciones de grupo y mucha desesperación para copar los gobiernos locales. Se ha desvirtuado totalmente lo que debería haber sido una contienda local, entre los mejor preparados, los más honrados y diligentes ejecutivos. Hay demasiados políticos de oficio, demasiados abogados de profesión, demasiados angurrientos de intención y, por otro lado, demasiados, más de lo imaginable y manejable, problemas municipales sin resolver. Considero que ninguno de los dos, Flores o Kouri, reúne las cualidades necesarias, ni sus entornos son los adecuados para hacerse del cargo. Pesan mucho las campañas mediáticas, los humillantes presupuestos de campaña que están en juego y, lamentablemente, la poca auto estima del ciudadano como para soltarse del yugo paternalista de los "partidos grandes, de los señorones y señoronas de la política", pero confío que en las próximas semanas se abra el debate, serio e inteligente, de propuestas y programas y, sobre todo, se abran las mentes de los votantes para decidir "libre y racionalmente" sobre sus propios destinos. Mañana será tarde y nuestra ciudad, no está para otro error. Sobre todo si ya estamos avisados.

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