domingo, 1 de noviembre de 2009

El Impuesto Predial

Siempre he creído que el Impuesto Predial es un impuesto confiscatorio, por cuanto es un tributo que se paga por ser el dueño de una propiedad. No importa que la misma se haya obtenido luego de una vida completa de ahorros, de privaciones y sobre saltos. Cuando por fin una familia se hace de una propiedad, resulta que debe pagar un elevado impuesto (predial) por el hecho de poseerla. La justicia económica distributiva nos dice que ello es correcto, por cuanto con esa "contribución" dicha familia está ayudando a mantener el orden, la organización y sustentabilidad de la ciudad a la que pertenece la misma. Pero, ¿por qué es tan elevado el monto?, ¿por qué se fija en la forma en que se hace? y, finalmente, ¿por qué los ingresos municipales por este concepto forman parte de ese botín que es malversado en la forma más descarada que pueda existir?, ¿Por qué se permite que esto suceda? La respuesta es fácil, porque nadie ha tomado conciencia de que dicha cobranza no es la correcta y, sí más bien, tremendamente injusta. Revisemos por qué.

Es cierto que todos debemos contribuir al pago del desarrollo urbano, máxime si se trata del área en donde se encuentra ubicada mi propiedad. El derecho a los parques, a las veredas, a la señalización, al mobiliario urbano en general. Hasta ahí todo muy bien. ¿Pero qué pasa si la cantidad que debo pagar es muy alta para mis posibilidades? Nadie tiene una propiedad porque le sobra el dinero; más bien ha invertido hasta su último centavo, en el común de los casos, para adquirir dicha propiedad, ¿por qué entonces debo pagar tanto por el hecho de tenerla? Existen unas directivas que determinan el auto avalúo del predio, que al final resulta en el monto a pagar. Dichas pautas a seguir nos dicen que si las estructuras, paredes y techos son de tal o cual material el tributo anual será tanto. Es decir, si yo compré una casita de 1 piso, en adobe y sin columnas y luego de un inmenso esfuerzo familiar hemos reforzado la estructura con columnas, vigas y contra fuertes, debo pagar mucho más a la municipalidad. Es como si el esfuerzo y el desarrollo personal tuvieran un impuesto ciego y vengador, en representación de los que no pueden o no quieren mejorar las condiciones de sus propias viviendas y con ello mejorar el aspecto del barrio en general.

Ahora bien, lo recaudado por impuesto predial se usa para el pago de planillas y el costo del desarrollo urbano de mi distrito. Pero qué pasa cuando al alcalde de turno se le ocurre que mínimo deben hacerse tres obras faraónicas cada año y en su planilla ha metido hasta el entenado de su última conquista? Lo primero, la "autoridad" trata de encontrar, a la mala, mejoras en las viviendas y, cobra una multa, por atreverse a mejorar la calidad de la misma, qué lisura, sin haber pasado por caja previamente, para luego aplicar un aumento trimestral permanente, del impuesto a pagar. A esto se le ha dado en llamar actualización catastral y está avalado por ley. Pero, ¿por qué se penaliza el esfuerzo y se avala, por ejemplo, la falta de mantenimiento de fachadas, el abandono de las instalaciones internas de una vivienda, en desmedro de la calidad de vida de los vecinos? La única necesidad que encuentro es la de que a alguien hay que cobrarle el costo de la fiesta inolvidable de las autoridades de turno.

Existen fallas, vacíos, cuando no abusos, en la determinación del auto avalúo; en las cartillas de costos unitarios de construcción; en el establecimiento de los tramos de costos de la propiedad que determinan el impuesto, en los porcentajes y, finalmente y sobre todo, en la forma en que se cobra dicho impuesto. No sólo los vecinos no estamos seguros en qué se gasta el dinero recaudado, si no que además hay demasiadas pruebas de que hay malversación a manos llenas. Entonces, ¿por qué pagar? La falta de capacidad y creatividad de las autoridades municipales que sólo ven al propietario como fuente fija de ingreso, se han convertido en la peor pesadilla de quien creyó haber alcanzado el mejor de sus sueños, al adquirir "su" propiedad.

2 comentarios:

  1. Hola, espero que estés muy bien, entrando directo al punto, tu entrada me pareció buena, digo, me identifique al igual que a lo mejor varias personas, que no seguimos a la manada, en coincidir con lo que tu escribes y proyectas aquí, mi punto es, hoy en día, nos preocupamos mas por solo quejarnos, en lugar de dar un extra y complementar estas quejas con una verdadera solución, digo verdadera, porque tampoco se trata de proyectar lo fantasioso que alguna "solución" pueda llegar a ser, lo mas importante para mi hacia ti es... QUE PROPONES QUE HAGAMOS?

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  2. Hola Jessica, disculpa que recién te responda. El impuesto predial se crea en el Perú hace poco más de 30 años, como un paliativo para mejorar los presupuestos municipales y con carácter temporal. El gobierno central ve, luego, que dicho impuesto es una solución al lloriqueo constante de los municipios clamando, a papá gobierno, por rentas y ya está, pasó a ser permanente. La incapacidad de los municipios de generar sus propios ingresos sostiene su permanencia. Municipios elefantiásicos que necesitan pagar engrosadas y a veces, fantasmales planillas evitan revocar la ley que lo creó. Una reorganización integral y un cambio realista en la Ley Orgánica de Municipalidades permitiría su reconsideración. Una discusión alturada en el Congreso sería suficiente para cortar con la facilista, abusiva y confiscatoria expoliación de los activos familiares. Insisto, no se puede cobrar por algo que sólo te ha costado a tí obtener y que además redunda en beneficio de la comunidad. Si se reduce el tamaño de los municipios, se contrata solo a la gente necesaria y eficiente, si se trabaja mancomunadamente reduciendo costos entre distritos vecinos y se eliminan las planillas fantasma, entonces ya no habría necesidad de dicho impuesto, o en todo caso, se podría reducir a por lo menos un tercio de su monto actual. Y es que lo que se recauda como predial es lo que cubre los sueldos de todos los que trabajan dentro de cada municipio. ¿Imaginas cómo es que ciudades como Nueva York pueden funcionar con una sola municipalidad y delegados de condado y acá en Lima tenemos 49 (CUARENTA Y NUEVE) organismos depredadores presupuestales y que, encima, lo hacen pésimo? Gracias por tomar en serio el tema.

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