domingo, 15 de noviembre de 2009

Política y Elecciones Municipales

No es que la política esté maldita. Sucede que hay demasiados, y cada vez más, malditos dentro de la política, que la han convertido en su casa y su refugio, su centro de operaciones y la mayor generadora de porquería a tiempo completo. Dudosas participaciones, asociaciones cuasi delictivas, escándalos personalísimos y asquerosísimos de los cuadros directivos, nos hacen dudar de la conveniencia de seguir llevando el escapulario y la estampita de tal o cual partido. Una pena. Ciertamente sería mucho más fácil escoger entre A, B y C; limitar nuestro interés y capacidad de atención a propuestas concretas de pocos expositores. Ahora resulta que en cada proceso eleccionario hay de 20 a más candidatos. Y no hablemos de lo que algunos simplones llaman las primarias, como en USA, es decir las elecciones de los pre candidatos, que luego serán los candidatos definitivos para hacerse con el botín, perdón la elección. Estamos a casi un año de las elecciones municipales y las paredes y techos de muchas casas ya se cubren de banderolas, cartelitos y similares, "apoyando" a su pre candidato preferido. En especial, en los distritos de la zona central de Lima metropolitana y del PPC. Sólo en Magdalena del Mar tenemos, hasta ahora, 5 pre candidatos, que amenazan con dar una batalla inmisericorde para hacerse de la bendición mamal de doña Lourdes. Toda estaría bien si no fuera por los antecedentes, las malas historias, las comprobadas movidas, mecidas, los cabes, las cachetadas y hasta rompe piernas de algunos de los pre candidatos que llegan a convertir las calles de un distrito, medianamente tranquillo, en campos de batalla medievales, dignas de un templario defendiendo el santo grial. Qué bueno, ¿no? Qué bonito, cómo se vé que hay conciencia ciudadana, gran voluntad participativa y excelentes propuestas, de cada vez más distinguidos vecinos que quieren entregarse a la causa ciudadana y morir en el intento de demostrar que son los mejores candidatos para convertir a su distrito en el mejor de Lima. Pistolas. Nada de éso. Está demostrado hasta la saciedad y la suciedad también, que hacerse de una alcaldía es muy rentable y como dijera el señor Mufarech, cuando estaba a punto de ganar la presidencia regional de Lima, se pueden hacer mil y un negocios y vas a ver, te voy a pagar todo lo que te debo, hermano. No sé si este señor se levantó o no la región, si además pudo pagar sus deudas o al final se arrepintió, pero en todo caso fue demasiado evidente, casi rochoso.

¿Qué ha hecho que los dedicados a la política como forma de vida, se hayan vuelto tan desenfadados y que se expongan sin reparos? Antes la palabra lobbysta era casi un recordatorio materno dicho con mala leche, hoy es casi una profesión. A nadie le huele mal que una caterva de enternados y bien vestidas damitas toquen las puertas de las autoridades, las inviten a almorzar, a cenar, las citen a sus suites, les hagan regalos, aceiten personas como si nada, se hagan amantes, antes o después del faenón; en fin, que justifiquen los medios a traves de los resultados. ¿Qué nos pasa por Dios? La globalización no es estupidización, la modernidad no es desverguenza manifiesta; en ningun sitio dice, por otro lado, que para estar al día hay que "votar a ganador", si la prensa dice que no tienes opción mejor te vas borrando, y ya que tu partido no está en nada, porque no puedes mermelear ni pagar hartos publi cherris, entonces no pierdas plata hijito y dedicate a la cocina; a Gastón le está yendo bastante bién. Vamos por partes porque después te atoras. Centrémonos en lo que es una elección municipal. Aquí empieza todo. En el Perú las elecciones municipales se dan cada cuatro años, para elegir al mejor postulante para hacerse del trabajo de promotor del desarrollo, de generador de mejor calidad de vida, de administrador de potencialidades que pueda sacar adelante mi distrito y lo marquetee como un producto de primera, que pueda recibir gran inversión y que sea ejemplo urbano del buen vivir. Claro, si usted, como muchos la verdad, cree que se vota para elegir a un vecino distinguido que se vea bonito en pantalla y en periódico, entonces estamos fritos y que Dios nos coja confesados, comulgados, bien comidos y con siesta encima. Porque así, ya fuimos. No, señoresy señoras, a quien elegimos, a quien deberíamos elegir, es a la persona más preparada para hacer de mi distrito un buen lugar para vivir, en donde me sienta realizado y alcance mi desarrollo personal y familiar. Lo demás, como dicen las personas distinguidas, son puras cojudeces. Bien y entonces ¿porque no vamos al grano? ¿Qué tiene que ver tanta cantaleta con eso de la política, los partidos políticos y las elecciones municipales? Permítame explicarle, como buen vendedor de línea fija de Telmex. En la política se refugian, normalmente y salvo las excepciones de los dedos de mis extremidades, sin considerar los pies, una tanda de incapaces, ineptos, hijos de apá, ahijados del amigo de mi amá, hasta vagabundos y discapacitados mentales, que consiguen buen dinero para que como sea, pueda hacerme de la alcaldía. ¿No viste que da caché, da amigotes en el poder de turno y sobre todo, te cae tu sencillo para lo que quieras?

Ahora resulta además, que los salvadores, que no son políticos tradicionales, pero que tienen los dientes, las garras y todo grande, como el lobo de la caperucita, los llamados "outsiders", o sea los que vienen de afuera, deben ser considerados, no por sus capacidades y condiciones morales, sino porque usando las mismas o peores tretas a las que el "sistema" nos tiene acostumbrados, deben, digo, ser tomados en cuenta y darle pelea a los antipáticos de siempre. Ya pues. Eso tampoco es garantía de nada, salvo, claro está, de más de lo mismo. Un "outsider", es un cuco que se muere por ser un "insider" pero se presenta como "una persona totalmente diferente" y cuando está dentro se levanta, igual que los otros, lo que sea. He aprendido a desconfiar de la politica, de los políticos, de las medidas y posiciones políticas, de las decisiones concertadas, de los acuerdos colegiados y todas esas idioteces que se han inventado para encubrir que mi grupo y yo, o sea, yo y mi partido queremos marcar aca nuestro territorio y si te descuidas hasta te hacemos soltero por abandono. Ya no podemos seguir asistiendo impávidos e indolentes al triste espectáculo de ver cómo se levantan las rentas municipales y a que hagan de las municipalidades residencias particulares, con chacha cama adentro y de donde saquen hasta para el diario de la principal y del canal dos, así como para la comida de las mascotas, que no son precisamente hamsters. Mi deseo adelantado, de navidad y año nuevo 2010 será para que en las próximas elecciones municipales, aunque no aprendamos a votar, al menos no votemos por votar. Que más que un vómito nuestro voto sea racional, casi inteligente. Dios así lo quiera.

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