domingo, 10 de enero de 2010

La vivienda sí es un problema municipal

Eludir una responsabilidad tan importante como la de ayudar a resolver el problema de vivienda a los propios vecinos, es no entender la magnitud de la responsabilidad recibida como autoridad local. Cuando un alcalde y sus funcionarios afirman que dicho problema los rebasa, es que realmente sus capacidades andan por debajo de las expectativas y la confianza brindada y por ello se lo cargan al gobierno central, convirtiendo, lo que debería ser un tema de incumbencia local, en un problema nacional y, desde todo punto de vista, sin solución.

La base de una sociedad es la familia, en su seno se forman los futuros adultos, quienes tendrán la responsabilidad de manejar los destinos de su propia comunidad, entonces por qué es que la sociedad en su conjunto no se preocupa por resolver el problema básico de cada familia: el vivir cómoda y decentemente. Lo que sucede es que una vivienda implica más que 4 paredes y los servicios básicos. Además de buenos materiales y buen acabado se requiere de una buena ubicación, de áreas libres y zonas de recreación, de espacio para parqueo vehicular, con fácil acceso, con entornos físico y visual aceptables y, dentro de la vivienda, de un nivel adecuado de privacidad. No reconocer estas mínimas condiciones es aceptar como válidos e, increíblemente satisfactorios, los proyectos masivos de programas como Mi vivienda y similares.

Si se cree que solucionar el problema de vivienda pasa por hacer "propietarios" a todos los vecinos ya empezamos mal. Para vivir bien no se requiere, en modo alguno, adquirir una casa que, aunque a sabiendas de que no cumple con las mínimas expectativas, se encuentra al alcance de las posibilidades de la familia, que termina hipotecando su futuro por los próximos 25 o 30 años. Vivir bien es otra cosa, es tener acceso a unas condiciones habitables que me permitan desarrollarme como persona; y ello puede ser en la misma casita en la que me encuentro; previos arreglos, ampliaciones o modificaciones incluidas; en la segunda planta de la casa de mis padres o de mis suegros, que mueren por darme una mano para que viva mejor junto a mi propia familia; o finalmente, en una vivienda alquilada, que esté a mi alcance y "cubra mis necesidades". Todas las opciones anteriores son factibles y correctas si además la autoridad municipal de mi propia comunidad me ayuda a lograrlas.

¿Es, entonces, la solución del problema de vivienda una responsabilidad municipal?, ¿Puede mi Municipio hacerse cargo de la promoción inmobiliaria necesaria para que yo viva mejor? Si. Ahora bien, ¿Están capacitados las autoridades y funcionarios correspondientes para lograrlo?, ¿Pueden realizar diagnósticos y evaluaciones que culminen en verdaderos Programas Municipales de Vivienda? Pues parece que no. Es por ello que prefieren evadir la responsabilidad en lugar de reconocer las falencias y coordinar, no pedir y menos mendigar, el apoyo y la asesoría correspondientes.

Para empezar un trabajo eficaz y efectivo de eliminación definitiva del problema, hasta ahora insoluble, de vivienda, se requiere del reconocimiento y aceptación de que sin la participación efectiva de la población misma, no se puede. Se requiere además que la población reconozca y acepte que debe solicitar la ayuda y ajustarse a las soluciones. Se requiere de un liderazgo efectivo que deponga intereses personales y de grupos de poder, económicos y políticos sobre todo, en beneficio de las grandes mayorías. ¿Es tan difícil darse cuenta de que eliminando las paupérrimas e inhumanas condiciones de habitabilidad de nuestros propios vecinos, estaremos eliminado los caldos de cultivo del lumpen y del extravío social? No puedo arreglar y embellecer mi casa, preocupándome por tener una sala y comedor primorosos, si la cocina y el baño permanecen llenos de hongos y cucarachas.

La problemática habitacional no sólo debe ser encarada municipalmente, si no que ésta es su obligación moral y, aunque parezca mentira, es económicamente rentable. Su solución sentará las bases para el desarrollo sustentable y definitivo de cualquier comunidad. Los nuevos términos, prácticas y posibles empresas Municipales de Inmobiliarias, Empresas de Construcción, junto a Financieras e Instituciones Crediticias Municipales del sector inmobiliario, permitirán derrocar a bancos y financieras, que junto a promotores tradicionales y malos funcionarios y autoridades municipales, se han venido enriqueciendo a punto de vender "depas" de mala muerte a vecinos necesitados de mejorar su calidad de vida. A la inexistente Asamblea Metropolitana de Alcaldes de Lima, que debió contar con el apoyo y el liderazgo del alcalde provincial, le correspondía esta responsabilidad como tarea principal.

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