domingo, 28 de junio de 2009

D U 6. De habitantes a Ciudadanos.

Derecho Urbano N° 6

Tener acceso a todos los servicios complementarios que permitan su desarrollo integral. Los planes de ocupación del suelo urbano y la determinación de usos y funciones deben responder estrictamente a las necesidades y expectativas ciudadanas y no a intereses económicos particulares.

Resueltas sus necesidades básicas y alcanzadas las metas primarias de sobre vivencia dentro de una comunidad urbana, el ser humano necesita satisfacer otro tipo de necesidades, ésas que lo diferencian del género animal, aquellas que casi todos los congresistas y políticos peruanos mayormente desconocen: el crecimiento como persona, el desarrollo intelectual, la realización de los sueños, la trascendencia.

Uno de los grandes beneficios de la globalización mundial ha sido el que se nos muestre, en todo su esplendor y en paños menores, a todos sin excepción, las bondades del desarrollo y las maravillas de una nueva era; pasa que la gran mayoría de peruanos no las alcanzamos, no nos sentimos capaces de lograrlas y, sobre todo, no nos dejan. Y ahí nos tienen, con la nariz pegada al vidrio del desarrollo, que defiende a un sistema pudiente y excluyente y claro, no queda mas que retirarse con la mirada baja y la auto estima en el suelo. Eso pasa porque esperamos todo desde arriba, por no decidirnos a conseguir lo que nos merecemos y, principalmente, por no haber subido las expectativas personales y estirado las metas comunitarias.

El hecho concreto es que aquí no hay nada que pedir. Los seres humanos pensantes llegan hasta donde su capacidad, su organización y derechos lo permiten. En este caso y como en todos los programas de concurso mentirosos, pero aquí en verdad, el cielo es el límite.

Existen comunidades que han elegido la barbarie, el sometimiento, el paternalismo y el rebaño, como credo y camino guía. Las hay también las violentas e indignas, pero también las hay civilizadas, pero sobre todo, libres e independientes. Principalmente de ataduras y de deudas no deseadas ni aceptadas. A éstas últimas me refiero. A las que podrían alcanzar su verdadero desarrollo, las auto gestionarias, las realmente humanistas y humanitarias, las que han sabido escoger a sus líderes y los alimentan diariamente con sus sueños y propuestas. Aquellas a las que todos quisiéramos pertenecer pero nos da algo así como flojerita.

Al tradicional enemigo de la realización comunitaria que es el poder económico y sus multi intereses, que en yunta con las malas autoridades se levantan los espacios urbanos y el entorno, necesarios para el desarrollo integral de los ciudadanos, tenemos la desidia e indiferencia total de los propios interesados. Casi siempre por desconocimiento e ignorancia, pero también porque no se atreven a vivir mejor.

La educación, la cultura, la alegría de vivir como algo natural, la alta calidad de vida como meta. Bien difícil, ¿no? Sobre todo si para ello hay que romper con todo lo que conozco, con lo que se me ha enseñado y todos los días me lo martillean por los medios de comunicación, que al ser éstos extremadamente dependientes del poder económico, no han tenido más alternativa que renunciar a su ética y se han prostituido abierta y cómodamente. Ciudadanos mal informados y sin criterio propio, son presa fácil del insaciable apetito consumista que nos han impuesto como la "única y civilizada forma de pertenecer al mundo actual".

Desde la educación inicial, que debe ser tan universal como obligatoria, supervisada y asistida y, sobre todo, liderada por la propia comunidad organizada a través de los canales democráticos; y sus líderes, libre e inteligentemente elegidos; servicios de salud y formación sanitaria plena que deben ser promovidos y, dado el caso, subvencionados, por los propios organismos locales; servicios culturales, de ocio y esparcimiento, que incluyen parques recreativos, temáticos y similares; Centros de atención a grupos con alguna discapacidad o necesidad no cubierta que integren a la comunidad a sus miembros; son parte de esos servicios complementarios que hacen y marcan la diferencia.

Todo es posible de realizar, siempre y cuando partamos de una premisa: todo nos lo merecemos y es nuestra obligación moral el alcanzarlo. Parece ser éste el momento justo y propicio para dejar de ser habitantes y convertirnos en ciudadanos.

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