miércoles, 25 de enero de 2012

Respaldo presidencial a la alcaldesa

En un gesto amable, pero bastante peliculero, el señor Presidente de la República, Ollanta Humala, le ha dicho al pueblo de Lima que la señora Alcaldesa lo está haciendo bastante bien y que puede contar con él para cualquier cosa. Todo estaría muy bien siempre y cuando lo dicho no fuera solo de los dientes para afuera, mientras no se traduzca en iniciativas de ley que hagan patente la verdadera descentralización que necesitamos, ese apoyo y cualesquier otro, seguirán siendo gestos para el respetable y nada más. El señor Fujimori, por diluir las intenciones presidenciales, naturales y justas, por cierto, del señor Andrade, reventó a las municipalidades, provinciales y distritales, cercenándoles una serie de atribuciones y responsabilidades, que no solo les restaron la necesaria autonomía de gestión, si no que además, les quitó, literalmente, la posibilidad de subsistir económicamente con cierta decencia, lo que devino en lo que ya conocemos, municipalidades que invierten todo su tiempo y esfuerzo en inventar formas de sacarle más dinero a sus contribuyentes para poder estabilizar el presupuesto anual. Si bien es cierto, en los últimos años, se han recuperado algunas atribuciones y ha mejorado el monto de las transferencias, las municipalidades han perdido el rumbo, han desvirtuado su razón de ser y en el tortuoso camino de sobrevivir, se han convertido en el principal enemigo, cobrador furibundo, de los ciudadanos.
En una época en que la alcaldesa se ha convertido en el punching ball de la poderosa mafia mediática, que le está cobrando el atrevimiento de haberse enfrentado al sistema y, peor aún, de derrotar a su candidato, el gesto presidencial constituye un respiro para la señora Villarán. Pero si en las próximas semanas la gestión metropolitana no acude a palacio de gobierno con un paquete de medidas, incluida la modificación de muchos artículos de la Ley Orgánica de Municipalidades en vigencia, así como borradores de convenios y avales para emprender proyectos, no solo obras, que devuelvan a Lima la amabilidad que perdió al deshumanizarse, entonces todo habrá sido en vano. Una pose, una sonrisa de costado y nada más. Las cosas están peliagudas para esta gestión; el bombardeo sistemático de los poderosos a través de sus cancerberos de la prensa, los recortes presupuestales de un gamonal en el ministerio de economía y, valgan verdades, la falta de pericia y experiencia de los funcionarios que acompañan a la alcaldesa, además de la innoble negativa de los funcionarios de planta, que han quedado de la gestión anterior, a colaborar como debe ser con la ciudad, más que con la señora Villarán, han determinado que está gestión esté perdiendo oportunidades y marche con pies de plomo.
Si la Presidencia del Consejo de Ministros quisiera realmente ayudar a este gobierno y sacar adelante al país, debería empezar por revisar completamente lo que deben ser los gobiernos locales. Si el señor Ollanta Humala ya empezó a olvidarse, porque lamentable siempre es así, de las grandes transformaciones que ofreció y por las que votamos todos los pensantes de este país, debería aprovechar esta buena oportunidad para replantear la Ley Orgánica de Municipalidades, para establecer el rumbo que deben seguir estas administraciones, apuntando a la conformación de mega distritos, primero administrativamente y luego, si es necesario, territorialmente, para poder consolidar el crecimiento económico del que estamos gozando. Vale la pena recordar que todos los problemas nacionales se gestan u originan en un lugar determinado, a veces en una pequeña área geográfica, y si se atendieran sus causas en el momento justo en que se producen los efectos, entonces no tendríamos problema alguno. Descuidar a los gobiernos locales es perder la oportunidad de alcanzar el desarrollo pleno de la mejor forma posible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario