martes, 12 de julio de 2011

El tren eléctrico de Lima

Ayer fue inaugurado por el señor Alan García, al cumplirse las bodas de plata de inicio del proyecto. Es sabido por todos que se otorgó la concesión, se firmaron contratos y corrió mucho dinero, por el cauce normal y por debajo y se inició la obra sin un proyecto definitivo ni los estudios complementarios. La premura era que había que empezar y había que cobrar. La fiscal suprema, Nelly Calderón, en el año 1995, luego de una prolija investigación señaló directamente al ex presidente García, 1985 a 1990, como responsable directo de colusión ilegal, negociación incompatible, cohecho pasivo y enriquecimiento ilícito, al haber recibido más de un millón de dólares del representante de la empresa italiana Tralima, señor Siragusa, quien declaró fechas, montos y formas de entrega. El señor García fue declarado reo contumaz por no presentarse al juicio entablado en su contra y luego, como ya había transcurrido más de los doce años, que la ley señala para estos casos, simplemente exigió y obtuvo, la prescripción del delito. Al regresar al poder, en el año 2000, gracias a una inexplicable o milagrosa, amnesia colectiva, retomó el proyecto con su antigua socia Tralima y ya está, ahí lo tienen, el tan querido, deseado, controversial y extremadamente caro tren de Lima. Ayer lo inauguró, sí pues, pero no va a funcionar hasta el próximo Octubre, ya que la empresa constructora dice que el contrato estipula esa fecha para la entrega de las obras. Se señala un mínimo de 250 millones de dólares de sobre costo en este malhadado proyecto y el señor García increpa a los incrédulos, a los mal hablados, a esas almas enfermas que lo atacan sin sentido, que ahí está, que este es y cómo no, el tren de Lima para tí.

En un año o dos sabremos si el tren funciona bien, si el recorrido es el correcto y si realmente sirvió para aliviar el caos vehicular de Lima Metropolitana. La condición legal de Autoridad Autónoma del proyecto no solo no garantiza si no que entorpece un correcto ensamblaje con las autoridades de transporte metropolitano. Por el costo señalado como invertido tal vez hubiera sido apropiado, poniendo un tanto más, encarar un Plan de Metro integral, subterráneo y elevado sobre la superficie. El planteamiento del tramo 2 del tren eléctrico, por otro lado, se cruza, se sobrepone, se estorba, con la extensión natural del Metropolitano, costando este una enorme cantidad menos. Es probable que el próximo año, luego de otras modificaciones, nuevos estudios y replanteos, el tren eléctrico sirva para aliviar, en parte, el transporte urbano, pero por lo pronto su participación en el número de viajes diarios, se estima que bordeará el 5 % ¿Y el resto? Lo del tren eléctrico, en otra escala y en otros tiempos es para García como su Cristo de Chorrillos. Lo hice porque me salió del forro, porque no tenga nada que preguntarle a nadie y menos consultarle y, sobre todo, porque conviene a mis intereses y cálculos personales. Esos cientos de millones invertidos de más, esas obras mal hechas que habrá que rectificar, no han sido obstáculo ni pesadilla, para un García desbocado, generoso él, suertudazo él.

Tal vez nunca se llegue a saber cuánto le costó al pueblo peruano este tren eléctrico, cuánto se perdió por falta de planificación y estudios serios y cuánto por corrupción y malversación de fondos. Lo bueno es que este elefante blanco ya empezó a caminar y hay que tomarlo en serio, sin perjuicio de que se abra una verdadera investigación sobre todas las porquerías, que sí existieron, hay que seguir trabajando en él y perfeccionarlo. La inversión ya está hecha y claro que sirve, pero hay que ponerlo al servicio de la ciudadanía y no de otros intereses, hay que interconectarlo con los otros proyectos de transporte metropolitano y trabajar con un solo objetivo. Es necesario un acuerdo gobierno central, gobierno metropolitano y empresa consorciada para que el tiempo esperado y el dinero invertido no caigan en el vacío. Se debe proyectar un horizonte de por lo menos 25 años, incluir a la población, a las autoridades, técnicos competentes, inversionistas privados y colegios profesionales, así como universidades, para que Lima pueda contar de una vez por todas con un Proyecto Integral de Transporte Urbano. Junto a la inseguridad ciudadana, el transporte en Lima, eds él más grave problema que, hasta ahora ninguna autoridad ni gestión municipal ha asumido con seriedad. Ya pues, ya es hora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario