domingo, 6 de diciembre de 2009

Oiga usted señor alcalde metropolitano

Me permito, señor alcalde metropolitano, Gestión: Dr. Luis Castañeda Lossio, discrepar directa y rotundamente con el setenta y demasiado por ciento de aprobación con que usted cuenta en la ciudad de Lima. Lamento que la conciencia ciudadana no vea más allá de su propia aura. Un caso de miopía civil de un grupo demasiado grande de vecinos, al menos eso dicen las encuestas contratadas, que ha llegado a hacernos dudar del sistema utilizado para elegir a nuestras autoridades municipales. No se puede afirmar, en modo alguno, que la labor del actual alcalde metropolitano sea de lo peor, claro que no. Obras se ven, cierto ordenamiento se ve, visos de modernidad también, pero lo que no se ve por ningún lado es una visión de futuro que tenga como centro al ser humano y su desarrollo personal y familiar. Se ve sí, un deseo desmedido, de pasar, como sea, a la posteridad mediante obras materiales que han ido expropiando la ciudad y sus espacios urbanos y deteriorando las relaciones ideales entre los diferentes agentes y componentes urbanos. Monumentales, faraónicas ellas, dispendiosas casi todas, contraproducentes algunas, innecesarias muchas, que han ubicado al ciudadano de a pie como un sujeto ajeno a su entorno.
Tal vez lo peor de esta gestión es el no haber trabajado por la ciudad de Lima y para los habitantes limeños. Es como remodelar tu casa y que te sienten a la puerta sin poder entrar, privilegiando el acceso de las visitas mientras miras nada más. ¿Quién le dijo al señor alcalde, Gestión: Dr. Luis Castañeda Lossio, que los limeños preferían pistas, autopistas, tréboles, puentes elevados, intercambios viales, en lugar de plazas, parques, coliseos, gimnasios, espacios comunales abiertos y libremente accesibles. Parques y fuentes sí, pero sin tener que pagar para entrar. Tal vez los asesores solidarios le han hecho creer a don Lucho que se puede gastar sin límite en obras que se ven bacán aunque no sirvan de mucho, a las que ya se acostumbrará el pueblo y que dan imagen. Nadie podrá negar que la labor populista ha logrado su cometido a través de las escaleritas y eso sí los hospitales solidarios. Utilizando para ello, faltaba más, la omnipotente y omnipresente SAT, que a punta de cachiporra tributaria y chaveta penalizadora se han llenado las alforjas que costean, sin problema y con "alita" incluida, las faraónicas obras realizadas. Así es, los excesos constructivos de don Lucho salen de los bolsillos del contribuyente.
Ha habido un exceso, casi un abuso, en cuanto a la permisividad constructiva y a los cambios de zonificación urbana, que han convertido apacibles zonas de desahogo visual y ambiental en apretados callejones verticales, sin las áreas verdes necesarias ni las áreas de amortiguación vial que requiere todo agrupamiento urbano. ¿Qué pasó con la reglamentación?; ¿Qué pasó con las condiciones mínimas de convivencia?; ¿Qué pasó señor alcalde, Gestión: Dr. Luis Castañeda Lossio, con una verdadera gestión municipal, que se debe a sus verdaderos patrones: los vecinos mismos?; ¿Perdió usted la brújula de su accionar y se olvidó completamente del verdadero encargo recibido?
La labor de gerente general metropolitano obligaba a la coordinada y ejecutiva acción con los otros 42 distritos limeños. ¿Cuántas reuniones se han realizado?; ¿Todas las acciones de reordenamiento vial y transformación de la ciudad han sido tratadas con el distrito en el que se ha intervenido, en algunos casos con acciones de cirugía urbana mayor?; ¿No era su función el evitar que los alcaldes distritales, otros reyezuelos de rango menor, realizaran obras y cambios de zonificación urbana para favorecer a entidades privadas en perjuicio de sus propios vecinos? No puede usted alzarse de hombros, señor alcalde Castañeda, ante todos los estropicios realizados por los caciques distritales, por cuanto era su obligación ineludible convocar y hacer funcionar la Asamblea Metropolitana, presidida por usted y conformada con los otros 42 alcaldes elegidos, por lo que le alcanza responsabilidad ante lo hecho y lo dejado de hacer. ¿Lo entenderán sus asesores, o están demasiado ocupados en ver cómo hacer caja para las próximas elecciones municipales?}
No todos los alcaldes metropolitanos han sido malos en la historia de Lima. Ha habido gestiones y alcaldes exitosos; muy pocos es cierto, pero han demostrado que de darse el escenario correcto, el momento justo, el equipo de trabajo adecuado y un buen proyecto a desarrollar, se puede hacer una excelente gestión. ¿Dónde se origina todo? Aparentemente en el voto ciudadano, que elige a sus propias autoridades. Pues no. Ahí no. Nace en el sistema de elecciones municipales, en la forma en que se vota, en las normas que permiten se inscriban los partidos o movimientos, en la exigencia del número de firmas, en la permisividad para que se presenten a la votación única y definitiva 20 candidatos o más, en la vista gorda de la autoridad electoral ante las millonarias campañas de algunos candidatos, en la labor "concientizadora" de empresas encuestadoras mafiosas o mercenarias que se alquilan al mejor postor, en los intereses de grupo y muchos vicios más. Pero todo, todo, tiene como principio y fin el ciudadano mismo. Su actitud, participativa, vigilante y fiscalizadora o desidiosa, complaciente y apañadora, determinan la calidad de una gestión municipal, aún antes de que ésta tenga lugar. Por ello, aunque reitero que no me parece exitosa la Gestión: Dr. Luis Castañeda Lossio, culpo al vecino de lo malo que don Lucho ha hecho y de lo que esté pensando hacer. Sí pues, pareciera que de ésta también se salvará.

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