domingo, 10 de mayo de 2009

Somos libres, seámoslo siempre.


Quienes habitamos en un asentamiento humano, una ciudad, una urbe en general, somos ciudadanos. Al hacerlo debemos tomar conciencia de que nos asisten unos derechos compartidos e inalienables, que se sustentan en las responsabilidades que asumimos con ellos.
Vivo bien, al menos eso es lo que quiero, pero debo aceptar que no soy el único, si no por el contrario, soy miembro de una comunidad que en general, necesita, merece y se esfuerza por vivir bien. Sin embargo muchos ciudadanos renuncian a sus derechos, conciente o inconcientemente, por descuido o desidia, por falta de conocimiento o por cualquier otro tipo de limitaciones, imposiciones o necesidades.

SOMOS LIBRES, lo proclama la constitución del estado peruano, como personas, como seres humanos, con los mismos derechos y responsabilidades que cualquier otro peruano. Pero, una vez lo leí así: sucede que algunos somos más iguales que otros. Desde la china Tudela Loveday, de Rafo León, hasta los Broncano de los barracones, existen personas, ciudadanos, que cierran sus círculos y excluyen a sus propios vecinos; territorialmente, económicamente, socialmente, culturalmente; haciendo imposible, a dichos prójimos, ejercer a plenitud sus libertades.

Bien, entonces, ¿qué es un CIUDADANO LIBRE?, ¿cuáles son las condiciones mínimas de LIBERTAD CIUDADANA? El punto inicial es la educación y la formación familiar. No se puede ser libre, ni actuar como tal, mientras no se conozcan las bases de la verdadera libertad, individual y compartida, mientras no se tengan a mano los pactos sociales, expresos o tácitos, que las comunidades, o grupos humanos, han ido construyendo con el transcurrir del tiempo para poder vivir en paz y buscar el desarrollo compartido. La educación nos abre los ojos y nos muestra, a pantalla completa, lo que se puede y debe hacer. Cómo se hizo en el pasado y cómo debe ajustarse nuestro comportamiento a las circunstancias actuales.

¿Y cómo andamos en el sistema educativo peruano? Hasta las callangas. Pareciera que persiste la necesidad de mantener a la gran masa en la oscuridad intelectual, porque se necesita de ingentes recursos humanos, con más fuerza en las espaldas, que luz en el cerebro, para hacer las tareas de quienes forjan sus grandes riquezas, a expensas de otros. Y esto constituye la renuncia expresa y consciente de la propia libertad, por necesidad, porque no le queda otra.

Muy bien, pero si nos sabemos miembros de una familia, de una comunidad, en la que no hay mas opción de que, si quiero vivir mejor, debo ayudar a que los otros también lo hagan, entonces me pongo de acuerdo, en cómo le hago para que no haya ningún resentido, ni torpedero de nuestro propio sistema de vida, aunque fuera más por interés que por convicción humanitaria, para que las cosas no se salgan de ruta y alcancemos nuestro cometido. Es así que empiezo a forjar mi libertad, verdadera e indestructible.

Existen, por otro lado, una serie de paradigmas, de visiones catastróficas, de cómo es que se debe vivir bien, o de qué cosas tener para hacerlo. Todo ello producto de un sistema consumista que necesita, desesperadamente, vender ideas y productos para poder sostenerse como sistema privilegiado y, lamentablemente, todos, sin excepción, de alguna forma pisamos el palito y terminamos, por ejemplo, pagando, calladitos, el sobre precio de la televisión digital, con la anuencia de un estado no regulador sino apañador, de esa gran pirata trasnacional que es Telefónica. Evidentemente, aquí nuestra libertad no solo está condicionada sino coactada y lejos de ser libres, nos convertimos en rebaño.

Finalmente, toquemos el tema de la propiedad, sobre todo el de la vivienda que habitamos o quisiéramos habitar. Se nos dice que para ser miembros de una respetable comunidad necesitamos ser "propietarios" de vivienda, autos, bienes muebles en general. Sí pues dice el voluminoso y trasnacional, Hernando de Soto, hay que ayudar a formalizarse a los pobres para que una vez entrados a la formalidad, la banca y la sociedad en general, les reconozcan el derecho a seguir ascendiendo en la escala social, ser merecedores de préstamos y, talvez, algún día nos podamos ver en las páginas sociales de los diarios y revistas peruanos que alimentan y son alimentados por este sistema.

Ya pues. No señores, CIUDADANO LIBRE, es el que ha aprendido a vivir decentemente y con dignidad, aún dentro de un medio hostil; que busca y logra su superación y desarrollo personal, así como los de su familia; que huye de un sistema que, aunque le muestra las piernas y le hace guiños, sabe que jamás pasaría una noche apasionada con él; que no necesita de membresías ni rótulos, que se respeta y se hace respetar, que conoce sus derechos y los exige, que trabaja bien y aspira a una remuneración adecuada, que recibe todos los servicios públicos con tarifas justas y equitativas y que, finalmente y porque supone vive dentro de una sociedad libre y democrática, sabe elegir inteligentemente y, dado el caso, exigir a sus elegidos que cumplan con la tarea que se les ha encomendado, caso contrario, muchas gracias y que pase el siguiente.

La verdadera visión y misión de un CIUDADANO LIBRE se mantiene, por lo expuesto, todavía muy lejos del imaginario popular, de usted, de mí. Por lo que es necesario, imprescindible e impostergable, iniciar la campaña por nuestra Libertad verdadera. Usted elige: ser de los que dicen meeeeee, suavecito y cadenciosamente, o de los que dicen, casi golpeando el aire, hasta aquí nomás señores; yo también quiero y merezco mi Libertad y como habitante de esta ciudad, de la que soy copropietario y de cuya marcha y destino soy artífice principal, me permito, de pasada, inquirir por MIS DERECHOS URBANOS.


2 comentarios:

  1. Estimado Sr. Odar:

    Comparto esta visión de CIUDADANO LIBRE con usted y quisiera opinar al respecto, pero voy a tomar su sugerencia y leeré detenidamente todos los temas publicados aquí desde el principio.

    Son temas que me interesan, definitivamente... y que deben ser difundidos y promovidos, por lo que me tomaré la libertad de colocar en LAMBAYEQUE ACTUAL, un enlace hacia su blog.

    Le agradezco por su visita y comentarios.

    Saludos.

    César Ruiz.

    ResponderEliminar
  2. Agradezco su deferencia, la que me compromete a seguir con un tema tan importante como el despertar de la ciudadanía.

    ResponderEliminar