lunes, 14 de marzo de 2011

El informe Villarán y las elecciones presidenciales

Ya está. La alcaldesa de Lima metropolitana cumplió con su ofrecimiento de campaña, a pesar de que había pensado patear el asunto para evitar problemas, pero un buen sector de la población y sus propios contendores, le exigieron que presente el informe de marras. El día de hoy, en una concurrida y alborotada conferencia de prensa, la señora Susana Villarán presentó, a 71 días del inicio de su gestión, la primera parte del informe de la gestión concluida; no una acusación directa y con mala leche, al anterior alcalde, si no, un completo informe de cómo encontró al ente administrador de la ciudad. Y en verdad lo que ahí se reporta no son cosas muy buenas y esto que en él no se han tocado los más sonados y publicitados casos de corrupción. Es muy lamentable que los principales allegados al señor Castañeda hayan salido a gritarle de todo a la diligente señora Villarán, así como es lamentable que el propio Castañeda, en un mal momento, haya señalado que hay un evidente interés de la actual alcaldesa de hacerle el juego a uno de sus contrincantes en esta pugna por la presidencia del país. Otros comentaristas y simpatizantes, del también candidato Castañeda, han dicho que no era el momento de sacar dicho documento a la luz. Que debió esperar a que concluyera el proceso de elecciones presidenciales, que se está perjudicando a su candidato y, que en todo caso, que lo denuncie pues, pero en Mayo, o después, si es que hubiera segunda vuelta. Algunos medios de comunicación amigos, afines o receptores de la cuantiosa publicidad solidaria, también se han manifestado en contra de este acto cívico y obligatorio de la autoridad municipal, afirmando que hay intromisión de la señora Villarán en la actual campaña eleccionaria. Bien graciosa la gente ¿no?

Vamos por partes. En primer lugar, es obligación funcional y moral, el hacer un análisis de situación de cómo se ha encontrado a la comuna después de una gestión, especialmente si esta es de 8 años continuos. Es irrelevante el que el alcalde saliente se encuentre postulando a algún otro tipo de elección. El informe no está avalado por la completa documentación necesaria, todavía, por lo que no se puede pensar en denuncia de tipo alguno mientras no se reúnan las pruebas y la documentación respectiva, que incluye el señalamiento de responsabilidades y si éstas le alcanzan o no, al propio señor Castañeda. Hemos escuchado decir al señor Castañeda que no teme a nada porque su conciencia está limpia. En verdad me alegro sobre manera. ¿Y entonces? ¿Por qué tanta bulla? Aquí cabe el suponer que realmente don Luis Castañeda no sabía nada de los manejos administrativos de sus funcionarios, que ellos se mandaron, por cuenta propia, a realizar una serie de estropicios y a observar, alegremente, una inconducta funcional. Muy bien, entonces hay que pasarle la factura solamente a ellos, así el postulante presidencial saldrá incólume de estas denuncias, cuanto antes mejor. Que se han hecho mal algunas cosas durante la era Castañeda, es cierto; que se han sobrevalorado otras cuantas, también es cierto; que por desidia, ignorancia o intereses particulares, se han cometido una serie de desatinos que han afectado a la comuna y, directamente, al interés de los ciudadanos, por supuesto que sí. ¿Entonces? alguien tiene que ser responsable. ¿No fue el señor Castañeda, porque él delegó las funciones? Listo el pollo. Se investiga a fondo, se reúnen pruebas, se realizan las denuncias y que el poder judicial se encargue. Pareciera que la oportunidad es propicia para que el señor solidario salga a respaldar el informe y exigir se aclaren las cosas en el menor tiempo posible, en respeto y resguardo de su buen nombre.

Aquí hay otras lecturas posibles. No estamos acostumbrados a que los políticos o funcionarios en ejercicio cumplan con lo ofrecido. No estamos acostumbrados a que las gestiones salientes rindan cuentas, ni que las entrantes realicen una revisión exhaustiva, no perdona vidas, de las gestiones precedentes. Tal vez por eso sea la chilla. Por otro lado, esta es una brillante oportunidad de señalar verdaderos responsables. Siempre se termina revolcando a los funcionarios de mando medio, así los errores sean grandes, medianos o pequeños. No está bien. Corresponde al alcalde, como titular de la gestión, la mayor responsabilidad, pero permítanme señalar que por encima de él se encuentra el verdadero ente responsable de todo manejo municipal: el Concejo Municipal. Sí pues, los señores regidores, son quienes avalan con su presencia, aceptación, aprobación y firma, todas las acciones, acuerdos, concesiones, contratos, omisiones, dependiendo, o no, del cumplimiento de su responsabilidad fiscalizadora. Pero nadie los llama, nadie los cita, nadie los investiga, nadie dice nada; los vecinos tampoco. Es necesario que revisemos todo lo actuado, aún cuando genere problemas; es necesario que asumamos nuestra responsabilidad de ciudadanos comprometidos con el manejo de nuestros propios destinos. Si el informe Villarán no ha caído bien, lo lamentamos. Lo bueno es que, al parecer, se está inaugurando una nueva forma de proceder en la gestión municipal. Y ésto sí hay que respaldarlo.

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