domingo, 7 de marzo de 2010

Terremotos Municipales

¿Qué hacer cuando nuestras casas ya están en el suelo?; ¿Cuando algunos postes de luz se convierten en fósforos gigantes porque los transformadores colapsaron y se produjeron tremendos corto circuitos?; ¿Qué hacer para detener los desmanes producidos porque la población hambrienta y desesperada se lanza a "recolectar" lo que pueda para llevarle algo a su familia que está durmiendo a la intemperie? Bueno pues, cuando se suceden estas cosas ya no hay mucho por hacer, salvo sentarse en algún pedazo de vereda a esperar que cesen los movimientos residuales y a extender la mano a ver si algo nos llega. Qué diferente sería si se tomaran las previsiones necesarias, se señalaran lugares seguros de escape y refugio, si se almacenara agua y alimentos suficientes y todos, pero todos los vecinos, sin excepción, supieran cómo afrontar la horrible pesadilla de un fuerte terremoto.

Los peruanos vivimos en una zona de alto riesgo sísmico y no hay que ser adivinos ni brujas para saber que en cualquier momento se pueden suceder terremotos de menor o mayor intensidad y es por ello que debemos estar preparados y prevenidos. Al margen de cuándo puedan suceder, lo importante es que las consecuencias sean lo menos letales posibles. Los alcaldes distritales presiden los Comités de Defensa Civil de su comunidad y como tales son los responsables de que el tránsito por estos terribles momentos se suceda de la mejor manera posible. Vamos a ver, ¿sabe el alcalde cuál es la zona más vulnerable de su distrito? Es decir, la más cercana al mar, la que está al borde de un acantilado, junto a un río, en zona de terreno arenoso; ¿Cuáles son las áreas con sobre población? Es decir, en dónde hay mayor cantidad de edificios, que dicho sea de paso no debieron construirse tantos, con frente a estrechas calles por ejemplo; ¿Cuáles son las casas quinta, los condominios cuyas estructuras no son tan seguras y que además albergan a demasiada gente?; ¿Qué porcentaje de su comunidad habita viviendas no seguras o construidas con materiales de poca resistencia a los sismos?; ¿No lo sabe? Pues entonces le han regalado el puesto y además está incurriendo en una falta muy grave que debiera ser penada por la ley y la comunidad entera.

No podemos esperar mucho de un gobierno central que a casi tres años de lo sucedido en Ica no envía todavía los fondos necesarios ni al personal aparente para mitigar las pérdidas sufridas por nuestros hermanos del sur, pero que sin embargo ya envío 10 millones de dólares a Haití por un terremo9to similar, con políticos y figuretis con todos los gastos pagados; que el mismo presidente García se ha ido a Chile, también por otro terremoto llevando un avión cargado de ayuda y un enorme hospital y otras cosas más. Un aplauso por esa ayuda humanitaria a los dos países hermanos. Qué pena que el señor García no sepa que la generosidad y ayuda deberían empezar por casa. No sólo no hemos solucionado los problemas de Ica si no que además no se ha hecho mucho para prepararnos para alguna desgracia similar que pudiera ocurrir en el corto plazo. Así que mejor nos ayudamos nosotros mismos.

¿Cuántos alcaldes han corrido a revisar las condiciones estructurales de las viviendas de sus comunas?; ¿Cuántos se han encargado de señalar mediante comunicados cuáles son los tipos de movimientos telúricos, la intensidad de los mismos y sus consecuencias?; ¿Cuántos han señalado mediante cartillas didácticas qué se debe hacer y qué no debe hacerse ante una situación de ese tipo? ¿Cuántas brigadas de socorristas y rescatistas se han formado, sobre todo con la participación masiva de los vecinos de la tercera edad?; ¿A cuántos colegios se han visitado, a cuántos se les ha ordenado realizar simulacros de evacuación y de preparación sicológica para el durante y el después? ¿Cómo se ha asegurado el abastecimiento de agua potable y energía acumulada para un siniestro de magnitud?; ¿Que medidas se han tomado para que no se interrumpan en ningún momento las comunicaciones y de producirse qué medida alternativa hay para restituirla? En fin, ¿Quién se ha tomado la molestia de decir siquiera: Ahora sí hay que tomar las cosas en serio? Ante un terremoto de 8 o más grados se pueden perder miles de vidas y no podemos darnos el lujo de no estar preparados, pues se sufre mucho.

Hay cosas adicionales que se deberían tomar en cuenta y que son de responsabilidad municipal: las grandes marañas de cables aéreos de telefonía, cable, internet, alumbrado público, que son un verdadero peligro, con o sin movimiento sísmico de por medio, las llamadas sub estaciones transformadoras de voltaje eléctrico, las grandes antenas de celulares y satelitales, los gigantescos y contaminantes visuales paneles publicitarios, con o sin estructura propia, los árboles viejos y roídos en su tronco y raíces y sobre todo, las edificaciones que sin el correspondiente estudio de suelos y contraviniendo toda norma de edificación se han erigido en medio de zonas densamente pobladas. Todo lo aquí mencionado es responsabilidad plena de las autoridades municipales. Pero no sólo de los alcaldes y funcionarios directamente involucrados, si no de los señores regidores, que están en todo momento pero nunca donde deben, ni haciendo lo que corresponde. Esperemos que los últimos acontecimientos nos pongan sobre aviso y, los vecinos organizados y bien informados, podamos romper esa complicidad del silencio que termina siendo infeliz co autora del desastre y la desgracia personal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario