sábado, 18 de abril de 2020

NECESITAMOS UN NUEVO PACTO SOCIAL SEÑOR ALCALDE DE LA CIUDAD DE CHICLAYO



Hoy se cumplen 185 años de creación de la provincia de CHICLAYO y las cosas no andan bien, por muchas razones, pero sobre todo porque nunca nos hemos puesto de acuerdo en lo que hay que hacer. Nunca se estableció claramente el objetivo al que deberíamos dirigirnos, nunca se determinaron las políticas ni estrategias que nos llevarían a ello y, si se avanzó algo en ello, la sucesión de diferentes y pésimas gestiones tiraron por la borda toda buena iniciativa, que siempre han concluido en tremenda frustración. Y mientras nos hemos esforzado demasiado en buscar culpables, no reparamos que tiempo y oportunidades no nos sobran y que si no actuamos ahora seguiremos descendiendo en el ranking más importante que existe, para nosotros, el de nuestra propia DIGNIDAD e IDENTIDAD CIUDADANAS. Nadie nos va a dar las soluciones, ni mucho menos van a llegar solas, su diseño, implementación y desarrollo, están en manos de todos los chiclayanos, de nacimiento, corazón y, por supuesto, por adopción. Somos una sola y gran familia pero tenemos una larga historia de desencuentros, pleitos y menosprecio mutuo. Sí claro, las autoridades que se han venido sucediendo en el cargo principal de gobierno de la ciudad han sido bastante malas, pero la culpa de ello es compartida, por los que se quedaron, por los que nos fuimos y por los que estando allí o afuera, flotan, en la despreciable nube del “mayormente desconozco”, no sé o, peor aún, no me importa. No tenemos IDENTIDAD CIUDADANA, no existe la CONCIENCIA CÍVICA, y el PRINCIPIO DE AUTORIDAD, terminó sepultado con el último alcalde preso. Hasta aquí los lamentos. ¿No hay nada qué hacer? Claro que sí. Es hora de voltear la página y empezar de nuevo. Nunca mejor que ahora, porque cuando las cosas están peor y, literalmente en el piso, es el mejor momento para empezar a construir. Pero ojo, necesitamos un proyecto de mediano y largo plazo, un plan de trabajo que sea sostenido en el tiempo y que al ser consensuado entre todos los ciudadanos tenga el valor y el peso necesarios para evitar que nos perdamos en el camino y, por supuesto, la seguridad de su continuidad y culminación.

Tiene usted, señor alcalde, el enorme reto de ser el fundador del NUEVO CHICLAYO, pero para ello debe renunciar a algunas cositas, tan llamativas como insignificantes, por ejemplo, el aplauso del logro inmediato y la satisfacción de la cosa terminada. Porque sí, porque es necesario que lo que usted haga en estos momentos, se vea, brille y agradezca, recién en los próximos 15 a 20 años, no antes. Entonces está usted ante la disyuntiva de seguir trabajando para el efectismo o cambiarlo por la eficiencia y la efectividad. Necesita usted, por supuesto, renunciar a su activa posición político partidaria, cambiándola por la camiseta de la ciudad. Necesita usted, convocar a todas las fuerzas vivas, ahora medio soñolientas, de la ciudad, profesionales, técnicos, instituciones, empresas y ciudadanos de a pie, para ponerse de acuerdo en qué es lo mejor que se puede hacer por la ciudad. Empezando por preguntar, decidir y empezar a trabajar, por el tipo de ciudad que los chiclayanos queremos, necesitamos y podemos conseguir. Y sí pues, estarán algunos de los antipáticos de siempre, los criticones de toda la vida, los buenos para nada, pero entre ellos habrá, también, muchos ciudadanos sorprendidos por la convocatoria y alegres y dispuestos a poner el hombro. Tenemos una tradición de NO INCLUSIÓN, de segregación, de hasta desprecio y fobias gratuitas, que han negado ciudadanía a las sucesivas olas migratorias que como importante centro urbano de la costa norte del país, hemos recibido en nuestra larga historia y eso sólo nos ha causado daño, porque hemos formado colonias resentidas, de personas dispuestas a torpedear cualquier atisbo de desarrollo, lo que nos merecemos por no haber sabido vivir bien y no haber dejado vivir bien. Bueno pues, es hora de reclutar a todo el mundo y hablarles claro y fuerte que quienes no empujen para el mismo lado serán, ya no ignorados, sino expulsados de nuestra hermosa ciudad y quienes sí lo hagan, serán copartícipes del paraíso terrenal, que siempre fuimos, pero nunca nos lo creímos ni pudimos disfrutar de él.

La política, como se aplica en el país, señor alcalde, husmeando, entrometiéndose y corrompiendo la cosa municipal, es lo peor que nos ha podido pasar. Esa caricatura de gobierno ciudadano que hemos sufrido durante demasiado tiempo ha envilecido la institución municipal, ha corrompido demasiadas personas y ha desangrado nuestros famélicos presupuestos. Las querellas, los desencuentros y los pleitos de las cúpulas partidarias nos han enemistado con personas valiosas que por vestir otra camiseta (impuesta) no saben ni pueden jugar en equipo. Devuélvale la dignidad al gobierno municipal deponiendo sus intereses partidarios e invite a colaborar a todos los CHICLAYANOS para recuperar la prestancia y calidad de vida a nuestra ciudad. No tema pedir ayuda, sólo el soberbio y los imbéciles creen que solos todo lo pueden y no es así. No, sobre todo, en el tema de la GESTIÓN MUNICIPAL. Si no hay buena, completa, transparente y fluída comunicación entre autoridad y ciudadanía y no existe una participación compartida en todo acto de gobierno, no hay forma de sacar adelante ningún tipo de proyecto.

¿Tenemos un PROYECTO INTEGRAL DE DESARROLLO URBANO para Chiclayo? ¿Sí? ¿Actualizado? ¿No?, entonces ¿cómo puede usted fungir de autoridad municipal si no sabe qué es lo que hay que hacer? ¿Sabe la ciudadanía hacia dónde se dirige la nave que usted, eventualmente comanda? ¿Sabe usted si la misma ciudadanía está de acuerdo con ello? ¿Cuenta usted con el apoyo total de los ciudadanos y no solo el de sus allegados y ayayeros? Muy bien, si nada de eso tiene, sepa usted que no es del todo su culpa, pero sí es su total responsabilidad enmendar errores, pero tiene que hacerlo YA.

Tiene usted dos años y medio del período de gestión encomendado, tiempo suficiente y necesario para armar un excelente proyecto para Chiclayo. Nuestra ciudad tiene todas las ventajas y fortalezas que pudiera desear una comunidad urbana; desde privilegiada ubicación, excelente clima, increíbles restos arqueológicos, preciosas áreas de interés turístico, cercanía marítima, grandes áreas de expansión, hermosas tierras agrícolas circundantes, tradición comercial y empresarial, buenas universidades y, sobre todo, las mejores personas del país, entonces, ¿por qué no se decide a pasar a la historia de nuestra ciudad como el alcalde que tuvo la VISIÓN de hacer lo que se tenía que hacer?

No tendría usted que renunciar a nada importante, tendría usted que armarse de CHICLAYANIDAD y proponer el NUEVO PACTO SOCIAL, EL ACUERDO COMUNITARIO,  de hacer de CHICLAYO la ciudad que siempre mereció ser y, su ejemplo personal de desprendimiento, servirá para que las tres o cuatro inmediatas y sucesivas gestiones trabajen, necesariamente, en el mismo proyecto que usted inició  y al que todos los CHICLAYANOS necesitamos verlo concluido.

Resulta, señor alcalde, que tenemos  sólo 15 años hasta la celebración del bicentenario de la creación de nuestra ciudad y en sus manos se encuentra la posibilidad de llegar a esa fecha como una ciudad en donde de gusto vivir, desarrollada, sostenible y que sea un verdadero polo de desarrollo nacional, o claro, la seguridad de seguir como estamos. YA PUES.

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